El ser humano es capaz de gobernarse a sí mismo sin control externo mediante el desarrollo de la disciplina interior y el establecimiento de prioridades basadas en principios morales o espirituales superiores.

El arte del autogobierno interior

El ser humano es capaz de gobernarse a sí mismo sin control externo mediante el desarrollo de la disciplina interior y el establecimiento de prioridades basadas en principios morales o espirituales superiores. Esto significa que el verdadero autogobierno no consiste en la libertad arbitraria de hacer todo lo que se le ocurra, sino en la elección consciente de seguir el bien verdadero, rechazando los vicios y las pasiones inmediatas que pueden debilitar la voluntad.

En una de las fuentes se discute que el autogobierno se manifiesta en mantener la mente elevada y adherida al único Señor Dios, nuestro Salvador infinitamente misericordioso, y es precisamente a través de esta orientación interior que la persona alcanza el verdadero autogobierno (fuente: enlace txt). Se enfatiza aquí que la posesión de la voluntad personal y la capacidad de gobernarse a sí mismo están estrechamente vinculadas a la adhesión a principios superiores, y no al control de otras circunstancias externas.

Además, otra cita del mismo archivo señala el camino hacia la libertad interior: cuando la persona rechaza conscientemente los entretenimientos superficiales y vive guiada por convicciones, el temor de Dios y la conciencia, se produce un punto de inflexión a partir del cual emergen la luz interior y la acción racional (fuente: enlace txt). De esta manera, el autogobierno se convierte en un proceso de transformación interna, en el que el alma se libera de la obsesión por los deseos inmediatos y comienza a seguir orientaciones que verdaderamente importan y tienen valor.

A su vez, otra fuente subraya que la incapacidad para gobernar las propias emociones y pasiones conduce a la inestabilidad interna y a la dependencia de circunstancias externas. La persona que no sabe controlarse termina siendo prisionera de sus pasiones y debilidades, lo que le priva del auténtico bienestar (fuente: enlace txt).

Así, gobernarse a uno mismo sin control externo se alcanza mediante la autodisciplina, el reconocimiento de los objetivos superiores, el rechazo de impulsos inmediatos y la búsqueda de la libertad interior basada en la confianza en principios morales superiores. Esto no es tanto un acto de negación de influencias externas, sino un profundo proceso interno en el que la persona aprende a asumir la responsabilidad por sus acciones y a dirigirlas hacia una orientación constructiva.

Citas de apoyo:

"Asi, si todo esto sucede de manera involuntaria en la persona, como algo natural,

¿en qué radica el autogobierno de la persona?

En nada más se encuentra dicho autogobierno que en mantener siempre la mente elevada y adherida al único Señor Dios, nuestro Salvador infinitamente misericordioso. Si se percibe el autogobierno en lo que está en nuestro poder, entonces, naturalmente, en lo que no está en nuestro poder no se encuentra el autogobierno." (fuente: enlace txt)

"Con el giro favorable de los acontecimientos, tras meditar, la persona decide no entregarse más a los entretelimientos, sino vivir guiada por el temor de Dios y la conciencia con abnegación. Por esta decisión, la gracia de Dios, que hasta entonces actuaba desde fuera, ingresa en el interior a través del sacramento, y el espíritu de la persona, débil, se fortalece. En este sentido, la conciencia y la libertad de la persona se desplazan completamente: la persona comienza una vida interior ante Dios, una vida verdaderamente libre y de acción racional." (fuente: enlace txt)

"Realmente, aquel es infeliz y verdaderamente pobre, quien no puede gobernarse a sí mismo, en quien se disputan innumerables males mundanos a los que pertenece." (fuente: enlace txt)