El Espíritu Eterno: La Preexistencia del Alma
Las concepciones que respaldan la idea de la preexistencia del alma se encuentran tanto en la filosofía helenística como en algunas tradiciones cristianas primitivas y judías. Según uno de los puntos de vista, el alma es, en sí misma, el pensamiento de Dios, eterna y espiritual, que originalmente existe en Dios antes de su encarnación en un cuerpo. Por ejemplo, una de las fuentes afirma:"Y de hecho, el alma debe preexistir.
¿Pues qué es por su naturaleza?Es el pensamiento de Dios, puro, espiritual. Pero el pensamiento de Dios es eterno; por lo tanto, el alma es eterna; existió por completo en Dios. ... Incluso si supusiéramos que las acciones del alma comienzan solo después de unirse al cuerpo, en tal caso tampoco tendríamos razón para rechazar su inmortalidad." (fuente: enlace txt)También existe la enseñanza de Orígenes, según la cual el alma existe antes de la existencia del hombre e incluso antes de la caída, que precede a su encarnación en el cuerpo. Esto se expresa en el siguiente pasaje:"Pero la esencia de la enseñanza de Orígenes es la existencia del alma antes de la existencia del hombre, y la caída del alma antes de su encarnación en el cuerpo: ..." (fuente: enlace txt)Además, dentro de las tradiciones helenística y judía se encuentra la perspectiva de que el alma, al estar orientada hacia Dios, ya existía en Él antes del nacimiento del mundo. Se expresa de la siguiente manera:"Así como Grecia enseñó a la humanidad filosofía y poesía, y Roma llevaba consigo la fe en la fuerza y la ley, de igual modo desde Judea se transmitió el aliento de la fe en la unicidad y la elección. Conceptos sobrenaturales parecían haber llegado a los judíos directamente del cielo: el hombre es un alma orientada hacia Dios, hacia el gran Dios de sus antepasados, que ya existía en Dios antes del nacimiento del mundo y que, al morir, regresa a Él." (fuente: enlace txt)En consecuencia, la idea de que el alma existió antes del nacimiento terrenal se manifiesta en las concepciones en las que el alma se considera eterna y poseedora de una existencia primordial en Dios (como en la afirmación de que es el pensamiento puro de Dios), así como en las reflexiones teológicas y filosóficas de Orígenes y las tradiciones posteriores, que enfatizan que el alma, antes de su encarnación, transita por etapas de existencia que abarcan desde la caída hasta la restauración de su estado original.