El Paraíso y la Incompatibilidad del Alma
En este caso, la cuestión puede interpretarse no tanto como la posibilidad física de abandonar un estado ya alcanzado, sino como el reflejo de una profunda incompatibilidad espiritual entre el alma y ese lugar que se conoce como paraíso. Si el alma no está purificada, si su estado interno no se corresponde con el éxtasis y la pureza inherentes al paraíso, entonces la permanencia allí puede transformarse en algo similar a un tormento, en lugar de en una verdadera satisfacción. En otras palabras, la esencia misma del “paraíso” se define por la conformidad del alma con condiciones ideales, y para aquellos que “no encajan” en ese ideal, incluso estar en el paraíso se convierte en una prueba.Así, en una de las fuentes se dice:"Del mismo modo, el paraíso aceptará únicamente lo homogéneo, lo puro y lo inmaculado, y todo aquello que no se ajuste a esta norma no podrá ingresar allí. Supongamos incluso que, por alguna circunstancia, un pecador es arrastrado al paraíso,
¿qué hará allí?¡Para él, el paraíso se convertirá en un infierno... Después del arrepentimiento, la purificación continúa y se perfecciona mediante actos de autoaniquilación y caridad, ayunos, limosnas y oraciones. Todo esto resulta inaplicable en la otra vida. En consecuencia, no tiene sentido esperar una purificación allí." (fuente: enlace txt, página: 1)Así, la cuestión sobre la posibilidad de abandonar el paraíso se aborda como una disonancia interna entre el estado del alma y el entorno ideal del paraíso. Si el alma no ha sido adecuadamente preparada ni purificada en la vida terrenal, su permanencia en el paraíso no se convertirá en el goce prometido, sino que podría transformarse en un estado de desarmonía constante; lo cual, en esencia, evidencia la imposibilidad de una “verdadera” permanencia en el paraíso y, por ende, la necesidad de abandonarlo en búsqueda de un lugar que se corresponda con el estado interno del alma.