El precio oculto de la sobre-recompensa
Realmente, existe una tendencia a prestar una atención excesiva a los niños y a premiarlos incluso por pequeños logros, ya que este enfoque les muestra de inmediato qué comportamientos son aprobados y ayuda a los padres a gestionar más fácilmente el comportamiento del menor. Así, como se menciona en una fuente, cuando los niños reciben una recompensa por un comportamiento positivo, comienzan a enfocarse en las buenas acciones, lo que fomenta su cooperación y una percepción positiva de sí mismos ("Si los padres prestan mucha atención únicamente al comportamiento negativo… Al castigar al niño, te concentras en las malas acciones y, de alguna manera, refuerzas la idea de que los niños son inherentemente malos y necesitan ser reeducados" – source: enlace txt).Al mismo tiempo, la atención excesiva puede tener un efecto contrario. Si el niño está constantemente rodeado de atención e incluso de pequeños estímulos, puede volverse consentido y dependiente de la aprobación externa. Un autor de una de las obras señala: "Y sucede que a una persona se le presta tanta atención, que se ve saturada de ella, se vuelve consentida, se transforma sutilmente en un 'centro de atención'" (source: enlace txt). Un niño consentido, acostumbrado a recibir constantemente valoraciones positivas, con el tiempo puede experimentar dificultades en situaciones donde la aprobación no llega regularmente, lo que afecta negativamente su autoestima y el desarrollo de su autonomía.Además, la práctica de premiar incluso los logros más pequeños ayuda a motivar al niño a corto plazo, como se ilustra en el ejemplo de la experiencia escolar: recompensas como la promesa de un premio por escribir rápidamente un dictado realmente impulsan al niño a esforzarse más ("¡Vaya, recuerden sus años escolares! E intenten imaginar esa situación… En caso de una recompensa prometida, se esforzaría más" – source: enlace txt). Sin embargo, si se aplica esta práctica de manera constante y sin discernimiento, puede llevar a que la motivación interna y la capacidad para alcanzar metas por cuenta propia no se desarrollen.En resumen, se puede afirmar que la atención excesiva y las recompensas constantes ayudan a los padres a facilitar el control y a formar modelos de comportamiento positivos en los niños, pero existe el riesgo de generar una motivación dependiente. El niño puede acostumbrarse a la valoración externa y, posteriormente, enfrentar dificultades en situaciones en las que deba confiar en sus propias fuerzas y recursos internos para lograr el éxito.Supporting citation(s):"Si los padres prestan mucha atención únicamente al comportamiento negativo, los niños continúan comportándose negativamente. Pero si empiezas a prestar más atención al comportamiento positivo, el niño se comportará de manera más positiva. Al castigar al niño, te concentras en las malas acciones y, de alguna forma, refuerzas la idea de que los niños son inherentemente malos y necesitan ser reeducados. Cuando nos enfocamos en lo negativo, lo positivo no tiene la oportunidad de manifestarse y expresarse." (source: enlace txt)"Y sucede que a una persona se le presta tanta atención, que se ve saturada de ella, se vuelve consentida, se transforma sutilmente en un 'centro de atención'. Cuando dicha persona sale al mundo, no encuentra la atención a la que estaba acostumbrada en la familia. Y entonces comienza a rebelarse contra cualquier tipo de tratamiento distinto que recibe." (source: enlace txt)"¡Vaya, recuerden sus años escolares! E intenten imaginar esa situación: el profesor te promete una medalla de oro (una excelente calificación en el trimestre, un caramelo, un conjunto de papelería…), si escribes correctamente el dictado. […] Puedo decir con certeza que, en caso de una recompensa prometida, te esforzarías más." (source: enlace txt)