Unidos por el Amor y la Luz Divina
Los creyentes, reunidos, afirman una verdad única, enraizada en un amor auténtico y desinteresado, capaz de transformar la vida y establecer vínculos espirituales genuinos entre las personas. Esta verdad reside en que la verdadera unidad, de la que habla el Cristianismo, brota del amor mutuo y de una confianza plena en la presencia de Dios en sus vidas. Es precisamente gracias a ese amor, basado en la palabra de Cristo, que los creyentes pueden verse a sí mismos como una gran familia, en la cual cada uno se convierte en hermano, hermana o madre para los demás, cumpliendo la voluntad del Padre Celestial. Además, la unión colectiva en la oración y en la comunión espiritual permite a cada participante sentir la presencia de la Luz Divina, que enriquece sus corazones y otorga la verdadera felicidad eterna, fuente de inspiración y fortaleza para superar las pruebas de la vida.Citación de apoyo(s):"Os doy un mandamiento nuevo: 'Amáos los unos a los otros'. El verdadero amor es posible únicamente entre los cristianos. ... Y el mismo Cristo dijo: '
¿Quién es mi Madre?¿Y quiénes son mis hermanos?.. Aquel que cumpla la voluntad de mi Padre Celestial, ese es para mí hermano, hermana y madre'. Por ello, el amor auténtico y las verdaderas obras de bondad son posibles solo en Cristo —si nos entregamos a Él, si deseamos una vida nueva, si realmente creemos y confiamos en Su palabra.""En Dios encontramos la verdadera felicidad eterna; a través de Él tenemos la oportunidad de acceder a una fuente fresca y vivificante de inspiración y fortaleza, oculta para aquellos que rechazan la fe. Esto se manifiesta de manera especialmente clara en los momentos de oración colectiva, cuando la persona se siente parte de un todo unificado y percibe la presencia de la Luz Divina que llena los corazones de todos los reunidos."