Entre el Miedo al Juicio y las Tentaciones Mundanas: Obstáculos a la O
En respuesta a vuestra pregunta, se pueden destacar dos principales direcciones que dificultan el cumplimiento del mandato de Dios de ser obedientes en nuestros días.
En primer lugar, en la sociedad moderna a menudo predomina el deseo de agradar a las personas en lugar de una sincera devoción a Dios. Como se señala en una de las fuentes:
"Ellos pensaban que, si se unían a la Iglesia de Dios, la fama se esparciría, y puesto que en su mayoría los judíos odiaban a Cristo, rechazaban la Iglesia naciente. Del mismo modo, hoy en día muchos creen en Dios, lo reconocen, pero temen asistir a la iglesia: parece que todos están ocupados, y se preocupan por lo que la gente dirá. Es decir, lo que la gente diga sobre él es más importante para la persona que lo que diga la Iglesia. El hombre no teme no agradar a Dios, sino no agradar a la gente, y así, complacer a las personas sustituye la verdadera devoción a Dios."
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Aquí se refleja claramente la presión de la opinión pública moderna: las personas se preocupan por lo que piensen quienes las rodean, lo cual conduce al abandono de la verdadera obediencia espiritual y a la renuncia a la participación regular en la vida de la Iglesia.
En segundo lugar, otro problema actual es la influencia de las tentaciones materiales y emocionales del mundo moderno. Cada vez con mayor frecuencia, las personas sucumben a tentaciones como el orgullo, la ambición material, el lujo, la pereza y la obsesión con las pasiones terrenales. Estos factores se destacan en el siguiente texto:
"Algunos están altivos por el orgullo, otros cegados por la avaricia, otros vencidos por el lujo, algunos se ahogan en la pereza, y otros están obsesionados con diversas pasiones; y en la casa de Dios, para la oración y la predicación de la palabra divina, ¡cuán pocos se reúnen! Dios ha destinado al hombre seis días para trabajar en el cumplimiento de sus propias necesidades, y durante estos seis días, Dios enviaba, como el maná, prosperidad y felicidad a nuestros trabajos. Y el séptimo día, es decir, el domingo, está consagrado para el servicio al mismo Dios..."
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Esta cita subraya que, en muchas ocasiones, el hombre moderno prefiere buscar placeres mundanos y satisfacer intereses personales, desatendiendo el tiempo sagrado y negándose a dedicar la debida atención al servicio de Dios.
Así, los factores actuales que dificultan el cumplimiento del mandato divino de ser obedientes están relacionados tanto con la dependencia de la opinión pública y el deseo de aprobación de los demás, como con la influencia de las tentaciones materiales y emocionales, que llevan al descuido de las obligaciones espirituales.
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"Ellos pensaban que, si se unían a la Iglesia de Dios, la fama se esparciría, y puesto que en su mayoría los judíos odiaban a Cristo, rechazaban la Iglesia naciente. Del mismo modo, hoy en día muchos creen en Dios, lo reconocen, pero temen asistir a la iglesia: parece que todos están ocupados, y se preocupan por lo que la gente dirá. Es decir, lo que la gente diga sobre él es más importante para la persona que lo que diga la Iglesia. El hombre no teme no agradar a Dios, sino no agradar a la gente, y así, complacer a las personas sustituye la verdadera devoción a Dios." (source: enlace txt)
"Algunos están altivos por el orgullo, otros cegados por la avaricia, otros vencidos por el lujo, algunos se ahogan en la pereza, y otros están obsesionados con diversas pasiones; y en la casa de Dios, para la oración y la predicación de la palabra divina, ¡cuán pocos se reúnen! Dios ha destinado al hombre seis días para trabajar en el cumplimiento de sus propias necesidades, y durante estos seis días, Dios enviaba, como el maná, prosperidad y felicidad a nuestros trabajos. Y el séptimo día, es decir, el domingo, está consagrado para el servicio al mismo Dios..." (source: enlace txt)