Esta fe se basa en una antigua idea según la cual toda la desgracia de la humanidad, incluidos los conflictos bélicos, puede interpretarse como la manifestación del Juicio Divino por los pecados acumulados.

El Destino Ineludible: Justicia Divina en Conflictos y Sacrificio

Esta fe se basa en una antigua idea según la cual toda la desgracia de la humanidad, incluidos los conflictos bélicos, puede interpretarse como la manifestación del Juicio Divino por los pecados acumulados. Así, en uno de los textos ( enlace txt) se afirma:
"El pecado es la causa de todas las penas del hombre, tanto en el tiempo como en la eternidad. Las penas representan, por así decirlo, la consecuencia natural, la pertenencia natural del pecado…"
Esta afirmación implica que cualquier catástrofe social o histórica, incluidas las guerras, se considera como una retribución inevitable por la pecaminosidad de los seres humanos.

Además, otra fuente del mismo texto explica el esquema del castigo divino:
"Se han determinado tres castigos por el juicio divino para toda la humanidad a causa de los pecados de todos los hombres. El primer castigo fue la muerte eterna…, el segundo —el diluvio universal…, y el último castigo debe ser la destrucción y el fin de este mundo visible…"
Este relato sienta las bases para entender las acciones militares como parte de un plan cósmico de corrección y purificación del mundo mediante una retribución kármica.

En cuanto a la simbología de la muerte de los animales, aunque en los materiales proporcionados no se menciona directamente cómo debe interpretarse esta imagen, puede considerarse como una alegoría del sacrificio que sustituye al culpable. En un contexto tradicional, cuando el derramamiento de sangre humano se produce como consecuencia del pecado, la muerte de los animales sirve como símbolo de un sacrificio expiatorio o compensatorio por las transgresiones cometidas. Esto refleja la idea de que cualquier destrucción de la vida, incluso cuando afecta a los animales, puede percibirse como un elemento del equilibrio universal y una retribución por la pecaminosidad de la humanidad.

Así, la fe que vincula la guerra con la retribución por los pecados se fundamenta en la convicción de que el pecado genera un castigo inevitable, y que los eventos dramáticos, incluidos los conflictos armados e incluso la muerte de animales, se convierten en señales de una justicia tan severa como universal.

Citas de apoyo:
"El pecado es la causa de todas las penas del hombre, tanto en el tiempo como en la eternidad. Las penas representan, por así decirlo, la consecuencia natural, la pertenencia natural del pecado…" (fuente: enlace txt)
"Se han determinado tres castigos por el juicio divino para toda la humanidad a causa de los pecados de todos los hombres. El primer castigo fue la muerte eterna…, el segundo —el diluvio universal…, y el último castigo…" (fuente: enlace txt)