Generosidad sin límites
La expresión "cuando dé, no mediré" resalta que la generosidad es verdadera cuando trasciende los cálculos estrictos y las limitaciones mecanicistas. Implica que el acto de dar no debe medirse en cantidad o según una medida previamente establecida, sino que debe surgir de manera espontánea y provenir desde lo más profundo del corazón. Tal generosidad está libre de cálculos y convenciones: aquí recibir o retribuir no se equipara con la cantidad entregada, y el propio acto de dar se convierte en algo incondicional y abarcador.Esta idea se refleja en el material del archivo enlace txt, donde se presenta la siguiente reflexión: "Demos con medida buena, ordenada, inspirada y rebosante". Así es como en el mercado se acostumbra a dar "con estilo" — no se trata solo de un vasito, sino también de una jarrita, como si no se tratara de una tienda, hay que dar un poco más. … Y Juan Crisóstomo dijo una vez: "Quien da, pero no con generosidad, no agrada a Dios." (fuente: enlace txt)Esta cita demuestra que el acto genuino de dar debe ser generoso y espontáneo, y no limitado ni medido según una medida previamente establecida. Si el donante intenta definir límites exactos para su don, su generosidad se verá reducida y no podrá alcanzar la plenitud que caracteriza un acto auténtico y profundo de atención benevolente hacia el otro. Así, la expresión "cuando dé, no mediré" nos dice que la generosidad, libre de cálculos mercantiles, es capaz por sí misma de transformar tanto al que da como al que recibe.Citas de apoyo: "Demos con medida buena, ordenada, inspirada y rebosante". Así es como en el mercado se acostumbra a dar "con estilo" — no se trata solo de un vasito, sino también de una jarrita, como si no se tratara de una tienda, hay que dar un poco más. … Y Juan Crisóstomo dijo una vez: "Quien da, pero no con generosidad, no agrada a Dios." (fuente: enlace txt)