La Tradición que Da Vida a la Fe
La Iglesia no se limita únicamente a transmitir y leer la Sagrada Escritura; la complementa con una encarnación viva a través de la tradición y las acciones prácticas de los fieles. En esencia, la propia Escritura establece la norma de la fe, y la tradición define el modo de vida en el que se realiza la palabra del Evangelio. Es decir, la tradición, que cobra vida en las acciones de los feligreses, en la oración y en los sacramentos, es esa “carne” que complementa las descripciones teóricas contenidas en la Escritura.Por ejemplo, en una de las fuentes se formula claramente: "Primero, veamos:
¿con qué la Iglesia complementa la Escritura?Con lo que la práctica complementa la descripción teórica. La carne de la Tradición complementa la Palabra del Evangelio. La práctica de la religión es la oración. Por lo tanto, la forma de realizar la Tradición es a través de los sacramentos." (source: enlace txt)Una afirmación similar se ofrece en otro texto, donde se enfatiza que la Escritura es la norma de la fe, y la tradición consiste en un modo de vida, es decir, la aplicación práctica de la revelación dentro de la comunidad eclesiástica: "La Escritura es la norma de la fe; la Tradición es el modo de vida. La carne de la Tradición complementa la Palabra del Evangelio. La Tradición es la aplicación práctica de la Revelación. Esa revelación, encarnada en la comunidad de los que han creído, es decir, en la Iglesia." (source: enlace txt)De esta manera, la vida eclesiástica, expresada a través de la oración, la celebración de los sacramentos y otras acciones de los fieles, se convierte en la prueba y continuación de la obra de Cristo en la tierra, permitiendo que la tradición cobre vida y transmita la esencia no escrita pero vital del Evangelio. Esta encarnación práctica de la Palabra permite a los creyentes no solo conocer, sino también sentir la profundidad del don divino, haciendo de la Iglesia un testigo vivo de las verdades de la fe cristiana.