El Significado Moral de la Libertad de Elección
La libertad de elección, otorgada por el Primer Creador, tiene un profundo significado moral: no es simplemente la posibilidad de hacer lo que se quiera, sino la capacidad del ser humano para determinar de manera autónoma su propio rumbo en la vida basado en la distinción entre el bien y el mal. En esencia, esta libertad no es un derecho abstracto de ser o no ser, sino el fundamento de la autodeterminación de la personalidad, a través del cual el ser humano puede manifestar su individualidad y naturaleza creativa.
Como se señala en una de las fuentes, "Dios creó al hombre y le otorgó, junto con la razón, la libertad por medio de la cual el hombre es capaz de realizar y manifestarse como personalidad" (fuente: enlace txt). Aquí se enfatiza que la libertad es una característica inherente de la personalidad, inscrita en la creación del hombre. Además, se subraya que la libertad no se define a través de la dicotomía del ser y el no ser, sino por la diferenciación entre el bien y el mal: "La libertad es la autodeterminación de la personalidad, pero no en relación a la dicotomía 'no-ser — ser', sino en relación al contraste 'bien — mal'" (fuente: enlace txt). Así, la elección entre diferentes cualidades morales se convierte en la base de lo que el hombre es.
Esta libertad otorgada se manifiesta en la vida del hombre a través de la posibilidad de elegir por sí mismo el camino, el cual puede conducir tanto a logros personales y crecimiento espiritual, como a desviaciones. Como se dice en otro fragmento, "La posibilidad de elección fue otorgada precisamente para que la vida en el paraíso no fuera únicamente un don del Creador, sino también un mérito personal del hombre. Es la libertad de elección, o el juicio personal de cada individuo, mediante el cual interpreta la voluntad natural, aceptándola o rechazándola..." (fuente: enlace txt). Aquí se evidencia que la libertad de elección hace al hombre partícipe de su destino: cada decisión importa y refleja su actitud personal hacia la voluntad divina.
Por otro lado, la verdadera libertad no se reduce al arbitrio y a las fluctuaciones. Se expresa en el constante esfuerzo por elegir el bien verdadero, es decir, en la capacidad de cumplir la voluntad del Creador, lo que hace al hombre verdaderamente libre. Sobre esto se dice: "La verdadera libertad reside en la habilidad de elegir siempre, de manera inflexible y sin error, el bien verdadero. La libertad es la capacidad de cumplir la voluntad de Dios" (fuente: enlace txt).
Además, el don de la libertad implica que el hombre, al recibir el derecho de elegir por sí mismo entre el bien y el mal, asume la responsabilidad por sus decisiones, lo cual se refleja en sus acciones cotidianas. Como se desprende de los argumentos, "Dios nos creó libres y nos otorgó el derecho de elegir por cuenta propia el camino del bien y la virtud, o el camino del vicio y el mal" (fuente: enlace txt, página: 84).
De esta manera, la libertad de elección, otorgada por el Primer Creador, representa la posibilidad fundamental de la personalidad para determinar de forma autónoma sus orientaciones morales y actuar basándose en su propio juicio interno acerca del bien y del mal. Se manifiesta en la vida a través de la constante afirmación de uno mismo, la responsabilidad por las decisiones tomadas y el esfuerzo por dirigir la voluntad hacia el bien verdadero y eterno.