De la Voluntad a la Automatización: Impulsores del Desarrollo Intelect
El hábito basado en la voluntad se forma mediante la repetición de acciones conscientes y deliberadas, en las cuales los esfuerzos inicialmente conscientes se transforman gradualmente en respuestas automáticas, liberando recursos para procesos superiores de pensamiento y creatividad. En particular, el autor considera el desarrollo de hábitos en los niños como resultado de movimientos voluntarios: al regular constantemente las acciones mediante la voluntad, la energía intelectual que antes se utilizaba para ese control se libera y se pone a disposición para tareas de mayor nivel “al pasar el movimiento a hábito, la regulación voluntaria cede su lugar a la automatización, y el trabajo espiritual superior recibe la energía que anteriormente se destinaba al control consciente” ( enlace txt).
Además, los experimentos muestran que el proceso de formación de hábitos consta de varias fases, que dependen de la tensión emocional inicial y del carácter de la ejecución de las acciones. Por ejemplo, si el trabajo comienza con un fuerte impulso, la repetición posterior puede tener una influencia débil en la formación del hábito, mientras que un inicio menos emocional y más equilibrado favorece la rápida asimilación de los movimientos y una automatización más sólida. Esto permite distinguir entre diferentes tipos de formación de hábitos, que varían desde un tipo lento y profundo hasta uno rápido y débil, lo cual es de gran importancia para la influencia pedagógica ( enlace txt).
Esta forma de formación de hábitos basados en la voluntad tiene un efecto positivo en el desarrollo intelectual y en la actividad creativa de la persona, ya que la energía intelectual liberada puede dirigirse a formas superiores de trabajo espiritual y creativo. En otras palabras, cuanto más hábitos significativos se formen a través de la actividad voluntaria, menos energía se perderá en el autocontrol y más recursos quedarán disponibles para tareas creativas e intelectuales.
Abordemos la cuestión del desarrollo de los hábitos en los niños. Es sabido que los hábitos se desarrollan a partir de movimientos voluntarios, ... Si el hábito se forma a partir de la actividad de la voluntad, la energía intelectual que se necesitaba para la regulación de los movimientos se libera y se destina al trabajo espiritual superior. Cuantos más hábitos basados en la voluntad tengamos, más movimientos realizamos sin la intervención consciente y mayor energía queda disponible para el trabajo espiritual superior. (Fuente: enlace txt)
Son interesantes los datos sobre las fases iniciales en la formación de hábitos. En sus experimentos (...) la repetición de movimientos homogéneos ejerce una influencia muy débil en la formación del hábito en tales individuos. ... La combinación de estos dos aspectos da lugar a cuatro tipos de hábitos: tipo lento y profundo, tipo lento y débil, tipo rápido y profundo, y tipo rápido y débil. Esto es de gran importancia para la comprensión de la trayectoria de los hábitos, así como para la influencia pedagógica y la intervención educativa. (Fuente: enlace txt)