El universo en acción
En el mundo científico moderno existe una serie de enfoques que explican el origen del mundo sin recurrir a un principio sobrenatural. Las concepciones ateas modernas se basan en la convicción de que los objetos materiales y las leyes de la naturaleza, que actúan sin la intervención de fuerzas superiores, son la base de todo lo existente. Este punto de vista, que surgió ya en el siglo XVII, sostiene que el mundo es un majestuoso conjunto de partículas que se mueven de acuerdo con determinados procesos físicos.La idea principal consiste en que la estructura del universo se forma mediante interacciones aleatorias y determinadas, donde los mecanismos evolutivos y las leyes naturales desempeñan un papel clave. El rechazo de la necesidad de la fe en una intervención creativa en los acontecimientos del cosmos permite considerarlo como resultado de procesos infinitos y objetivos, que por sí solos aseguran la aparición y desarrollo de sistemas complejos. Pensadores conocidos del pasado, como Kant y Laplace, propusieron modelos que demuestran la posibilidad de la aparición de estructuras cósmicas integradas sin la participación de un ser sobrenatural.En conclusión, se puede observar que este enfoque, basado en el materialismo y la cosmovisión mecanicista, demuestra la fuerza de las leyes naturales y explica la aparición de un mundo complejo y ordenado a través de procesos físicos objetivos. La ciencia moderna continúa desarrollando estas ideas, abriendo constantemente nuevos horizontes en la comprensión de la naturaleza del ser e impulsándonos a reflexionar sobre las eternas preguntas acerca del significado y la estructura del universo.¿Cómo explican los ateos el origen del mundo sin recurrir a conceptos de un creador divino?Los ateos explican el origen del mundo basándose en concepciones mecanicistas y materialistas sobre su estructura, excluyendo la necesidad de recurrir a un creador divino. En su entendimiento, la materia y las leyes naturales son la causa primordial de todo lo existente, y los fenómenos en el universo surgen gracias a interacciones aleatorias y a procesos físicos inevitables.Por ejemplo, uno de los enfoques se describe de la siguiente manera: "La cosmovisión mecánica, que casi de manera indivisible dominó el pensamiento científico desde el siglo XVII hasta tiempos muy recientes, consideraba el mundo como un agregado de partículas materiales sin vida y fuerzas actuantes a ciegas... Kant y Laplace presentaron una explicación mecánica del origen del sistema planetario." (fuente: enlace ). Aquí se subraya que el mundo se comprende como un conjunto de objetos materiales, moviéndose de acuerdo con leyes naturales establecidas, sin la intervención de una voluntad sobrenatural.En otro ejemplo se señala que los ateos tienden a admitir la existencia de eventos que ocurren de forma aleatoria: "Una mala interpretación para unos es explicada por otros ateos, mientras que la religión cristiana propone una idea de fe comprensible y, en cierto sentido, natural en un único Principio de todos los demás principios... Se admite la existencia de un azar ciego, olvidando la finalidad en la naturaleza." (fuente: enlace ). Tal perspectiva permite explicar la aparición de un mundo complejo y ordenado sin recurrir a la idea de una creación impulsada por un principio divino.Además, la perspectiva materialista afirma la prioridad de la materia sobre el espíritu, lo que significa el rechazo de la necesidad de algún principio divino para explicar el origen del ser: "Las teorías filosóficas sobre el origen del mundo... 1. Materialismo... más primario que el espíritu, la conciencia, la idea. Reconocer la primacía de la materia equivale a negar el principio divino." (fuente: enlace ).Así, desde la perspectiva del ateísmo, el origen del mundo se explica mediante procesos naturales y leyes de la naturaleza, tales como el movimiento mecánico de partículas materiales, interacciones aleatorias y mecanismos evolutivos. Esta cosmovisión rechaza la idea de una intervención creativa de fuerzas sobrenaturales y considera el universo como el resultado del funcionamiento de leyes naturales objetivas.