El Ascenso Creativo: Puente Hacia lo Divino

En un mundo donde la creatividad se transforma no solo en una función intelectual, sino en un profundo proceso interior, cada uno de nosotros puede vislumbrar la verdadera manifestación de la libertad. La base fundamental de este concepto es la convicción de que el ascenso creativo es una conexión con lo desconocido, con aquello que trasciende los límites ordinarios del mundo material. Aquí observamos no simplemente un acto de disfrute estético, sino una energía interior capaz de llevarnos más allá de la existencia habitual y abrir la puerta al comienzo numenal, a un principio divino inscrito en la misma existencia del ser humano.

En el centro mismo de este proceso reside la capacidad del individuo para entablar un diálogo con lo trascendental. El acto creativo nos permite no solo superar lo habitual y cotidiano, sino también percibir cómo de la nada surge una nueva fuerza vital. Este poderoso movimiento interior ilumina el camino hacia una verdadera identidad espiritual, despertando en cada uno la posibilidad de realizar su potencial divino-humano. Esta visión nos incita a percibir la creatividad como una transformación y renovación continua, en la que cada chispa de inspiración se convierte en un paso hacia nuevas facetas del ser.

Así, la creatividad se presenta ante nosotros como la verdadera manifestación de la libertad y la fuerza interiores, en las que el ser humano no solo tiene la posibilidad de crear arte, sino también de recrear la vida misma. Este ascenso creativo inspira al unir los mundos fenomenal y trascendental, recordándonos que cada uno de nosotros es capaz de elevarse por encima de lo cotidiano para alcanzar las altas esferas de la espiritualidad y convertirse en el creador de nuestro propio ser.


¿Cómo entiende el filósofo el significado del ascenso creativo en el contexto del desarrollo espiritual del individuo?
El filósofo concibe el ascenso creativo como una manifestación ineludible de la libertad interior, que enlaza al ser humano con una realidad superior – aquello que se podría denominar el principio divino-humano. Según su perspectiva, el acto creativo no es simplemente una función mental o una capacidad estética, sino un profundo proceso interior en el que el individuo entabla un diálogo con lo trascendental. Dicho ascenso se expresa en la capacidad de la persona para superar lo cotidiano, trascender el mundo material y, en cierto modo, conectarse con el principio numenal.

De esta manera, para el filósofo, el ascenso creativo es la manifestación de la libertad, una fuerza de la cual surge una nueva energía vital, una nueva fuerza del ser, que no depende de lo que existió previamente, sino que emerge “de la nada”. Es precisamente este proceso el que permite al individuo alcanzar una verdadera identidad espiritual y realizar su potencial divino-humano.

«La creatividad humana no es solo humana, sino divina-humana. En ello reside el misterio de la creatividad. Y el acto creativo es, de alguna manera, la conexión entre lo numenal y lo fenomenal, la trascendencia del mundo fenomenal, un éxtasis, un trascenso.» (fuente: enlace )

«Desde una perspectiva espiritual, todo adquiere un carácter creativo. Lo he dicho muchas veces: el espíritu no es ser, el espíritu es libertad, el espíritu es un acto creativo que se realiza en lo profundo, lo que hoy se denomina Existenz.» (fuente: enlace )