Aceptación Total: Acción que Transforma la Vida

La aceptación total no es simplemente contemplación, sino una acción consciente y responsable que refleja la profundidad de la experiencia humana. En el fundamento de esta idea se encuentra la convicción de que la verdadera presencia espiritual no puede prescindir de la participación activa en la vida: cada una de nuestras acciones se convierte en una manifestación de la plenitud y fortaleza interior.

El ser humano, que aspira a la autorrealización, debe aceptar su esencia en todas sus manifestaciones —desde las más elevadas hasta las más terrenales— ya que solo de ese modo es posible alcanzar la verdadera grandeza. Esta postura no exige una observación pasiva, sino acciones audaces y meditadas que sirvan de base para el crecimiento espiritual y la profunda autoexpresión. El resultado es el reconocimiento de que negarse a participar en el mundo y la inactividad solo desvalorizan cada oración y cada aspiración vital, convirtiéndolos en sonidos vacíos e insinceros. Precisamente a través de una acción activa y decidida encarnamos la idea de la plena responsabilidad sobre nuestra vida, convirtiéndonos en un reflejo vivo del Orden Supremo.

¿Que se entiende por aceptación total: ¿un estado de contemplación en la inactividad o una acción consciente y meditativa?

La aceptación total, según el material citado, no implica un estado de contemplación pasiva o inactividad. Al contrario, significa la aceptación completa y profunda de toda la esencia humana, la cual se manifiesta en una acción consciente, meditada y responsable. El autor afirma que la verdadera oración (o, en un sentido más amplio, la representación espiritual) es imposible sin la participación activa en la vida: renunciar a la acción equivale a falsedad. Esto se evidencia en el siguiente fragmento:

"Porque Dios, a quien oramos, es el Dios de la Historia. Él nos creó, deseó que viviéramos como humanos, que nos convirtieramos en seres humanos en el sentido más completo y trágico, en el más rico y en el más bajo de los sentidos, para salvarnos y llevarnos a nuestra verdadera medida. Esta representación orante implica la aceptación total de todo el estado humano, tan completa y definitiva como la acción de Dios en la Encarnación, una aceptación realizada mediante un acto responsable que sostiene nuestra oración y la hace verdadera. La oración sin acción es mentira. Y esto nos conduce a la misma esencia, a la naturaleza de la representación." (fuente: 7_32.txt)

Así pues, la aceptación total se entiende no como una mera contemplación inactiva, sino como una acción consciente, meditada y responsable que refleja la total integración en la realidad y la aceptación de todos sus aspectos. Esto implica una postura vital activa, en la que cada acción se convierte en la expresión de la plenitud interior y del autoexpresión espiritual.

Citas de apoyo:
"Porque Dios, a quien oramos, es el Dios de la Historia. Él nos creó, deseó que viviéramos como humanos, que nos convirtieramos en seres humanos en el sentido más completo y trágico, en el más rico y en el más bajo de los sentidos, para salvarnos y llevarnos a nuestra verdadera medida. Esta representación orante implica la aceptación total de todo el estado humano, tan completa y definitiva como la acción de Dios en la Encarnación, una aceptación realizada mediante un acto responsable que sostiene nuestra oración y la hace verdadera. La oración sin acción es mentira. Y esto nos conduce a la misma esencia, a la naturaleza de la representación." (fuente: 7_32.txt)

Aceptación Total: Acción que Transforma la Vida

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