El Legado de Fénelon: Virtudes y Peligros del Poder

François Fénelon nos dejó un poderoso mensaje de que el abuso del poder puede convertir incluso las intenciones más nobles en una fuente de destrucción. Ya sus ideas acerca de que la falta de equilibrio espiritual y de principios morales puede conducir a la violencia resuenan hoy con una relevancia extraordinaria.

En su reflexión, enfatizaba la importancia de la honestidad interior y de la habilidad para dominar las pasiones, advirtiendo que, así como la ira interna mal arraigada puede descomponerse, los ideales sociales se devalúan fácilmente cuando el poder se separa de la virtud.

De manera enérgica y convincente, Fénelon subrayaba que todo quien accede al poder debe recordar que el verdadero liderazgo se fundamenta en la sinceridad, la moderación y en profundos principios espirituales que evitan consecuencias catastróficas. Según él, cuando las personas olvidan el aspecto espiritual de su ser, corren el riesgo no solo de perder la misericordia divina, sino también de provocar de forma imprevisible conflictos sangrientos, en los que incluso las intenciones más nobles adquieren un poder destructivo. Esta idea resuena en la actualidad: en una era en la que los errores de los líderes pueden costar mucho más que nunca, el valor de la virtud interior y la responsabilidad moral sigue siendo crucial.

En resumen, se puede afirmar que las lecciones de Fénelon son vigentes hoy. El control de las propias emociones, la sinceridad en las acciones y el respeto a los principios morales sirven no solo de base para la armonía personal, sino también como clave para la estabilidad social. En cada uno de nosotros reside la capacidad de evitar la descomposición interna, transformándola en una poderosa herramienta de creación y paz, capaz de enfrentar las fuerzas destructivas que amenazan al mundo moderno.


¿Cómo se puede interpretar la afirmación de François Fénelon sobre las guerras y qué significado tiene para la actualidad?


En su afirmación acerca de las guerras, François Fénelon advertía contra el abuso del poder y señalaba que la ausencia de virtud puede transformar las intenciones nobles en violencia y destrucción. Según él, cuando quienes detentan el poder actúan sin el adecuado equilibrio espiritual ni orientaciones morales, arriesgan no solo perder la misericordia divina, sino también generar aquellas fuerzas que conducen a conflictos sangrientos y guerras.

Por ejemplo, en uno de sus dichos, Fénelon propone: «¿Qué, pues, se debe hacer? — dirás. No es otra cosa que ejercitar la virtud y esperar el juicio divino, sin ceder al impulso de huir, ni abandonar a aquellos sobre quienes, en sus primeras compañías, la mansedumbre — sin contravenir la voluntad — les confirió el poder.» (source: enlace ). Con estas palabras, señala que la ruptura de los principios morales y el abuso del poder pueden transformar incluso las intenciones bondadosas en fuentes de violencia y destrucción.

Además, utiliza una metáfora que ilustra que, si en el interior de una persona (o de una sociedad) surge un “gusano” en forma de ira no resuelta, esto puede desembocar en consecuencias devastadoras: «En un árbol, en su interior en podredumbre, nace un gusano; y en aquellos que aparentan ser mansos y silenciosos, pero en verdad no lo son, se esconde una ira prolongada. Quien expulsa su ira, recibe el perdón de sus pecados; y quien se aferra a ella, queda privado de la misericordia de Dios.» (source: enlace ). Esta metáfora subraya que los sentimientos de rabia e injusticia no expresados o no entendidos pueden acarrear consecuencias catastróficas, tal como un árbol en descomposición que eventualmente se derrumba.

El significado de estas ideas para la actualidad sigue siendo palpable. Aunque el contexto histórico haya cambiado, los problemas fundamentales del abuso del poder, la carencia de sólidos principios morales y la incapacidad para controlar la ira interna continúan siendo relevantes. Los conflictos y guerras contemporáneos a menudo surgen porque las pasiones, la codicia y la falta de verdaderos referentes éticos prevalecen sobre la razón y la virtud.

En conclusión, Fénelon advertía que, para prevenir consecuencias destructivas, es necesario cultivar la virtud interior, la sinceridad y la moderación en el uso del poder. Estas lecciones sirven como recordatorio de que el control de las propias pasiones y el respeto por los principios morales desempeñan un papel esencial tanto en la vida personal como en la social.

Citas de apoyo:
«¿Qué, pues, se debe hacer? — dirás. No es otra cosa que ejercitar la virtud y esperar el juicio divino, sin ceder al impulso de huir, ni abandonar a aquellos sobre quienes, en sus primeras compañías, la mansedumbre — sin contravenir la voluntad — les confirió el poder.» (source: enlace )
«En un árbol, en su interior en podredumbre, nace un gusano; y en aquellos que aparentan ser mansos y silenciosos, pero en verdad no lo son, se esconde una ira prolongada. Quien expulsa su ira, recibe el perdón de sus pecados; y quien se aferra a ella, queda privado de la misericordia de Dios.» (source: enlace )