El Sello Divino: Marca de Fe y Protección

Desde tiempos inmemoriales, los textos sagrados nos transmiten el mensaje acerca de una marca misteriosa que aparece en las frentes de los verdaderos seguidores de Dios. Este signo simbólico, expresado a través de un sello invisible, actúa como una confirmación evidente de la protección divina y de la pertenencia a un pueblo sagrado. Al marcar a sus fieles con este signo, Dios demuestra que se destacan en medio de la oscuridad, personificada por las fuerzas del anticristo.

La idea fundamental es que, a través de una señal especial, la señal de la cruz en la frente, la persona no recibe simplemente un signo, sino el símbolo de protección y conexión con la fuente celestial de sabiduría. Esta profunda imagen ayuda a experimentar el poder espiritual y la inviolabilidad, factores que otorgan seguridad y apoyo durante las pruebas de la vida. Tal imagen sirve no solo como testimonio del sagrado pacto, sino también como recordatorio del elevado destino de cada quien que ha aceptado este don.

Así, las escrituras sagradas pintan un vívido cuadro de la unión espiritual con Dios, confirmando que la verdadera fe viste al hombre con un signo protector que lo distingue del mundo erróneo. Este profundo símbolo inspira y une, recordando el propósito supremo y la presencia eterna de lo divino en la vida de cada creyente.
¿Dónde, según las Escrituras, se puede encontrar el autógrafo simbólico o sello oculto de Dios que testifica Su presencia?
Según las Escrituras Sagradas, este autógrafo simbólico o sello de Dios se manifiesta en los rostros de los creyentes, es decir, en sus frentes. En el Apocalipsis se dice que los verdaderos siervos de Dios reciben en su frente una señal especial, la señal de la cruz, que confirma su pertenencia a Dios y garantiza Su protección. Así, el testimonio de la presencia de Dios se expresa precisamente a través del sello en la frente de los creyentes, un signo que los distingue de los seguidores del anticristo.

Citación de apoyo:
"Los creyentes en Cristo, en verdad, reciben el sello del Dios viviente en sus rostros, es decir, la señal de la cruz: «Y vi a otro ángel que venía del oriente, que tenía la marca del Dios viviente. Y con gran voz llamó a los cuatro ángeles a quienes se les había dado poder para dañar la tierra y el mar, diciendo: No hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en las frentes de los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados»... (Apocalipsis 7, 2-4). «Y miré, y he aquí, el Cordero estaba de pie sobre el monte Sion, y con Él, 144,000, que tenían escrito el nombre de su Padre en sus frentes»" (fuente: 12_59.txt).

Esto confirma que es en la frente de los creyentes donde se encuentra ese sello simbólico oculto que acredita la presencia de Dios.

El Sello Divino: Marca de Fe y Protección

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