Ecos del Destino Divino: La Travesía entre Luz y Oscuridad

La mayor tragedia cósmica, que se despliega en el trasfondo de la eterna lucha entre el bien y el mal, encuentra su reflejo incluso en las imágenes de aquellos que en algún momento estuvieron cerca de la luz. Inicialmente creados por Dios, Satanás y sus compañeros fueron parte inseparable de un orden noble; sin embargo, la elección consciente del mal trastocó su destino. Se apartaron del verdadero resplandor, eligiendo el camino de la oposición a la voluntad divina, y se convirtieron en símbolo de una discordia interna capaz de desconcertar incluso a las fuerzas más poderosas de la luz.

Estas criaturas corrompidas nos recuerdan que las pruebas y los caminos contradictorios son inherentes a la esencia del ser, sirviendo como lección para cada uno, ya sea ángel, demonio o humano. Las disputas y conflictos surgidos en esta eterna lucha no carecen de sentido: es precisamente a través de ellos que todo el universo adquiere dinamismo, y cada elección realizada por un ser conlleva la responsabilidad del desarrollo posterior de su camino espiritual. A pesar del alejamiento de sus inicios benévolos, incluso Satanás y los demonios continúan ocupando un lugar importante en el plan del Creador, pues su presencia refleja un vínculo inseparable con el orden divino.

De la misma manera, el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, es capaz de perder esa cercanía primordial que alguna vez lo unió a la Fuerza Suprema si se aparta del camino de la verdadera fe. En este contexto, las sombrías representaciones del mal se transforman en un espejo de las debilidades y pruebas humanas, invitándonos a reflexionar sobre el valor de la elección y la responsabilidad por los actos propios. Esta dinámica de lucha entre la luz y la oscuridad no solo conforma la existencia espiritual, sino que también inspira el constante anhelo de renovación, recordándonos que cada elección tiene importancia en el gran plan del Altísimo.

¿Por qué, en el contexto religioso, los demonios y Satanás aparecen como algo ligado a Dios, mientras que los humanos han perdido la fe?

Dentro de las representaciones expuestas en las fuentes citadas, Satanás y los demonios ocupan un lugar especial, ya que forman parte inseparable del plan divino a pesar de su rol contradictorio. Según las fuentes mencionadas, Satanás, al igual que sus compañeros angelicales, fue creado por Dios y pertenecía inicialmente al mundo de la luz; sin embargo, al optar conscientemente por el mal, se encaminó a oponerse a la voluntad de Dios. Así, por ejemplo, en una de las fuentes se dice:

"Comenzó a calumniar a Dios, a oponerse a todo y a negarlo todo, y se convirtió en un espíritu oscuro y malvado —el diablo, Satanás. La palabra 'diablo' significa 'calumniador', y la palabra 'Satanás' significa 'opositor' de Dios y de todo lo bueno. Este espíritu maligno tentó y arrastró consigo a muchos otros ángeles, que también se convirtieron en espíritus malignos y son llamados demonios. Entonces, uno de los ángeles más altos de Dios, el arcángel Miguel, se levantó en contra de Satanás y dijo: '¿Quién es igual a Dios? ¡Nadie, salvo Dios!'..."
(source: enlace txt)

A pesar de haber renunciado a los principios del bien, incluso Satanás permanece en el centro de la atención divina. Otra fuente subraya que la elección del mal fue una decisión consciente y voluntaria, y que las relaciones entre Dios y Satanás no se han roto por completo:

"Entre Dios y el diablo se han mantenido relaciones personales, que continúan hasta el día de hoy..."
(source: enlace txt)

Estas afirmaciones muestran que, a pesar de su oposición a Dios, Satanás y los demonios siguen siendo parte del orden divino. Su presencia simboliza la necesidad de las pruebas y de la lucha entre el bien y el mal, que es una parte inherente de la gran tragedia cósmica en la que cada sujeto —ya sea ángel, demonio o humano— es responsable por sus propias decisiones.