El dios de los antiguos judíos se convirtió en la principal deidad para muchas naciones gracias a una serie de procesos histórico-culturales interrelacionados. En primer lugar, en la historia del pueblo de Israel se produjo un cambio radical, pasando de percibir la fe como una relación atributiva con una serie de dioses a la instauración de un único dios abarcador. Como se señala en una de las fuentes, Moisés “en el primer mandamiento prohíbe adorar a cualquier otro dios que no sea el Ser. Yahvé — el Dios del Universo, el Dios de los padres — solo merece la gloria. Él es el único Dios de Israel” (fuente: 1320_6597.txt). Esta decisión se convirtió en un punto de inflexión, al elegir entre un cosmos tradicionalmente animado y la salvación en el marco de un monoteísmo puro, lo que cambió radicalmente el panorama religioso.