• 20.03.2025

El Valor Inmutable de la Experiencia Humana

La afirmación «ni un rábano, ni un cura, ni un dios podrá jamás sustituirla» enfatiza que el verdadero valor y la singularidad de la vida humana radican en la experiencia individual, los sentimientos y la historia, los cuales no pueden ser recreados ni compensados por ninguna autoridad externa, ya sean dogmas religiosos, santos o principios divinos. La vida humana, con todas sus vivencias, su dolor y su alegría, contiene algo que va más allá de cualquier representación abstracta y que no puede ser reemplazado por ninguna fuerza o imagen ajena.

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  • 20.03.2025

La Unidad Inquebrantable: Lo Divino y lo Humano en Cristo

La doble naturaleza de Jesús implica que en una misma persona coexisten dos plenas realidades: la perfecta naturaleza divina y la perfecta naturaleza humana. Esto significa que Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, posee las cualidades y propiedades de cada uno de estos principios, los cuales permanecen distintos entre sí, pero inseparablemente unidos en una única hipóstasis.

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  • 20.03.2025

El Orden Ineludible del Fracaso Recurrente

Los fracasos recurrentes se perciben como sistemáticos y predestinados en la experiencia humana, precisamente porque penetran en la esencia misma de nuestra percepción del mundo y reflejan la limitada estructura interna de la existencia humana. Por un lado, en una serie de textos se enfatiza que los intentos de transmitir algo que excede las posibilidades de la expresión verbal e imagética inevitablemente resultan infructuosos. Así se dice:

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  • 20.03.2025

El Amor Divino: Esencia y Transformación

La idea de que el amor no es simplemente un atributo de Dios, sino que en sí mismo es un Dios real, significa que el amor no es una característica accidental o secundaria, sino que constituye la sustancia y la esencia de la naturaleza divina. En otras palabras, es imposible separar a Dios del amor: Él no solo posee amor, sino que es el amor en su esencia absoluta, creativa y todo abarcadora.

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  • 20.03.2025

Limitaciones del Lenguaje para lo Divino

Cualquier designación verbal o figurada de Dios resulta aproximada precisamente porque los modos humanos de expresión – lenguaje e imágenes – están limitados por conceptos y formas finitas y definidas. El ser humano es capaz de nombrar a Dios dándole nombres, de forma análoga a como se nombra a sí mismo, es decir, proyectando su propia naturaleza sobre lo divino. De este modo, cualquier denominación de Dios es de carácter antropomórfico, reflejando solo una parte de su verdadera esencia, la cual permanece trascendental, inefable e innombrable. Esto subraya que los métodos literales para describir lo divino no pueden abarcar la infinitud y la ilimitabilidad de Dios, ya que el lenguaje solo puede transmitir aquello que está restringido por los límites de la forma, la medida y la definición de la experiencia humana.

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El Valor Inmutable de la Experiencia Humana

La Unidad Inquebrantable: Lo Divino y lo Humano en Cristo

El Orden Ineludible del Fracaso Recurrente

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