- 20.03.2025
Orden Divino e Infinito: Matemática y Ciencia en Armonía
La matemática y las demostraciones científicas, según las fuentes presentadas, demuestran que la armonía y la regularidad del mundo no son un mecanismo aleatorio, sino el resultado de un acto creativo determinado por una fuente que es, en sí misma, infinita y autosuficiente. Por un lado, la matemática, a través de verdades estrictas e inmutables, indica que lo infinito “vive en sí mismo y por sí mismo” y, como tal, no puede someterse a cambios aleatorios. Esto se evidencia en las siguientes reflexiones: “La matemática responde desde la tierra: ‘¡Verdad, Santa Verdad! No puede ser de otra manera. Tal es la propiedad de lo infinito: él, y solo él, vive en sí mismo y por sí mismo… No hay ninguna semejanza entre el existir y el existir. Nuevamente retumba el Teólogo: todo lo que existe fue, y sin Él nada hubiese existido, lo que ha existido. Y la matemática vuelve a responder: ‘¡Verdad, Santa Verdad! Los fenómenos, al igual que los números, deben tener su fuente, una fuente inagotable, — y esa fuente es lo infinito, ¡es Dios!’ A Dios nadie lo ha visto en ningún lugar… Por la diferencia infinita que distingue lo infinito de cualquier número, ningún ser finito puede ver a Dios ni con la vista sensible ni mediante la comprensión del intelecto!” lo que subraya la idea de que la matemática abarca la necesidad inevitable e interna inherente a las estructuras de lo infinito, que puede identificarse con Dios (1878_9389.txt).