Desde el comienzo de la historia, la idea de que el poder absoluto pertenece a Dios y que Él es la fuente de todo gobierno terrenal ha marcado el tono de las discusiones sociales y religiosas. El fenómeno de que la monarquía terrenal se perciba como continuación de la voluntad celestial no solo enfatiza el designio divino, sino que también refuerza la sensación de conexión entre el orden divino y la vida humana.
El Reino de los Cielos se puede explicar como un estado y la manifestación del gobierno divino en la vida de la persona, no como un lugar distante o abstracto, sino como una forma de vivir siguiendo los principios espirituales superiores. Este estado se caracteriza por el amor, la verdad, la justicia y la belleza, las cuales se manifiestan cuando la persona actúa de acuerdo con la voluntad de Dios. En otras palabras, el Reino de los Cielos no se limita a contornos geográficos; se encuentra en todo lugar donde las personas viven en armonía, demostrando bondad y unidad, guiadas por un amor verdadero incluso hacia aquellos que podrían ser considerados enemigos.
El destino del mundo, según los materiales citados, se presenta como el resultado de un plan divino cuya base se funda en un acontecimiento histórico crucial para el desarrollo y la finalización del mundo temporal. Una de las fuentes afirma que el mundo entero está “compuesto” según la idea de la Cruz, es decir, la muerte en la cruz es el punto de partida de una historia que conduce al juicio final:
El concepto del reino de Dios es multifacético. Por un lado, designa el gobierno divino – no tanto una entidad geográfica o una formación externa concreta, sino la afirmación de la voluntad de Dios en la existencia humana. Por otro lado, el reino de Dios se describe como una realidad interna y espiritual que habita en el corazón del hombre.
La percepción emocional del futuro se forma en nuestra mente a través de dos procesos complementarios, ligados a los sueños y los miedos. Por un lado, los sueños y la imaginación que proyectamos en nuestra percepción del futuro nos incitan a la búsqueda creativa y a una revaloración activa del mañana. Como se indica en el documento "1280_6399.txt":