En el contexto de la práctica religiosa, las expresiones de alabanza a Krishna y Shiva reflejan un profundo reconocimiento de sus funciones cósmicas únicas y roles en el panteón hindú. Por un lado, la adoración a Shiva, tal como se describe en la fuente (1400_6997.txt), está vinculada a su aspecto de destructor y transformador: «Shiva – el dios hindú que forma parte de la tríada de deidades principales, el Trimurti. La función principal de Shiva es la destrucción; es el dios de la muerte, de la destrucción… Shiva bebió un veneno capaz de quemar y envenenar todo el universo… Su culto e imagen son imponentes. Su séquito está conformado por los pramathis, espíritus malignos que habitan en los cementerios y se alimentan de carne humana». Aquí se evidencia la importancia de su imagen como fuerza que conduce a la renovación a través de la destrucción, así como su conexión con el camino ascético, lo que se refleja en profundos rituales y actos de culto.