El incremento y profundización gradual de los conocimientos, así como la formación escalonada de las acciones mentales, crean una base sólida para el desarrollo de habilidades profesionales, permitiendo a los estudiantes pasar de un nivel básico de dominio de la información a un análisis activo y su aplicación en la actividad profesional. Por un lado, el aumento secuencial del volumen y la complejidad del conocimiento favorece no solo la memorización mecánica, sino también la constante aproximación a altos estándares de experiencia profesional, establecidos anteriormente por especialistas que ya dominan estos conocimientos. Esto significa que cada nueva etapa del aprendizaje se convierte en un paso hacia una comprensión más profunda del objeto de estudio y su realización creativa.