Desde la antigüedad hasta el día de hoy, la humanidad ha estado buscando el verdadero significado de la vida, viéndolo en el deseo de realizar el destino establecido por Dios. La idea básica es que nuestra naturaleza interior, creada a imagen y semejanza del Todopoderoso, está llamada a la perfección espiritual a través de la manifestación de las virtudes eternas, la fe y el amor, cualidades que contribuyen a acercarse a lo Divino. No se trata solo de una idea metafísica, sino de una pauta de vida que da sentido a cada una de nuestras actividades, convirtiéndola en un paso hacia la adquisición del estado más elevado del ser. Es a través de la búsqueda consciente de la perfección espiritual y la revelación del potencial inherente que una persona se transforma en su camino, obteniendo la oportunidad de llegar a ser como el Creador, lo que convierte el desarrollo personal en un servicio genuino a los ideales morales más elevados. Al final, es la búsqueda de una unión indisoluble con Dios, donde Él aparece como fuente de vida y sabiduría perfecta, lo que se convierte en la piedra angular de la existencia humana, una meta que puede inspirar e inspirar a lo largo de la historia humana.</br><b>¿Cuál es el verdadero propósito de nuestra existencia?</b></br>Con base en las citas presentadas, el verdadero propósito de la existencia humana se expresa en el deseo de realizar el destino dado por Dios, que consiste en llegar a ser como Él y la perfección espiritual. El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, está llamado a encontrar la verdadera unidad con Dios a través de la manifestación de las virtudes, la fe, el amor y el servicio: este es el objetivo más alto de la vida, que determina el sentido de toda la historia y de toda la actividad de la humanidad.