• 20.03.2025

Equilibrio entre dogma esencial y práctica pastoral

La Iglesia, en sus cuestiones doctrinales, distingue aquellas que tocan la esencia misma de la fe, mientras que las discrepancias pueden surgir en asuntos de disciplina eclesiástica, costumbres y consideraciones pastorales prácticas.

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  • 20.03.2025

Reflexiones Culturales y Éticas sobre la Representación de Jesús

Al elegir la imagen de Jesús para un avatar, se deben tener en cuenta varios aspectos importantes, tanto histórico-culturales como éticos.

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  • 20.03.2025

El Buen Pastor y el Símbolo de la Humildad

Jesús utilizó la imagen de las ovejas para designar a Sus seguidores, porque este símbolo está imbuido de cualidades de mansedumbre, obediencia y confianza incondicional en su Pastor. La oveja es un animal al que no se le atribuía la perfección o un alto estatus en el mundo, sino que se percibía como la encarnación de la humildad y la vulnerabilidad. Precisamente por eso, al llamarse a Sí mismo el Buen Pastor, Cristo subrayaba que la verdadera salvación y el camino a la vida eterna están abiertos para aquellos que, como las ovejas, saben escuchar Su voz y seguirle.

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  • 20.03.2025

El deber sagrado del mentor espiritual

Las citas demuestran de manera clara que la responsabilidad de los guías espirituales va mucho más allá de la simple predicación: implica una participación personal en el destino de las almas de sus protegidos y requiere una vigilancia inquebrantable, un cuidado genuino y una profunda experiencia espiritual. La responsabilidad del mentor se presenta como un deber similar al de un pastor, que "pone su vida por las ovejas" y, por lo tanto, no solo debe guiar, sino también proteger a los fieles, ya que sobre sus hombros recae el cuidado vital de cada alma. Por ejemplo, en uno de los pasajes de la fuente 762_3807.txt se dice:

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  • 20.03.2025

La transformación de la energía bélica

La destructiva energía de la guerra puede transformarse en una fuerza constructiva mediante la reinterpretación y redirección de la dinámica original del conflicto. Por un lado, la guerra despierta en el ser humano una energía capaz no solo de destruir, sino también de impulsar un movimiento poderoso y continuo hacia adelante, si se orienta hacia la creación. Tal como se señala en una fuente, «En la acción continua, en la lucha, en el movimiento. En cuanto la máquina se detiene —el tiempo de NEP—, las células humanas inevitablemente se descomponen... Es la misma energía que, durante los años de la guerra civil, encendió y levantó sobre los escombros a una Rusia agotada y desmenuzada.» (fuente: 1258_6286.txt). Aquí se evidencia que la dinámica de la lucha, aun cuando nace en la guerra, puede utilizarse para la transformación y el desarrollo de la sociedad.

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