El aspecto psicológico de la felicidad se define como un estado de absoluta plenitud, desprovisto de deseos, ya que en ese estado la persona se siente completamente realizada, sin experimentar carencia o necesidad que genere nuevas aspiraciones. Cuando una persona alcanza la máxima satisfacción, “rebosante de felicidad”, ya no necesita nada más y cualquier deseo se desvanece como algo superfluo. Esto significa que la verdadera felicidad no se encuentra en la búsqueda de nuevos bienes, sino en la sensación de integridad y completitud, en la que cesa el impulso interno de pasiones y aspiraciones hacia algo más.