En nuestra búsqueda por construir un nuevo nivel de paz, la transformación interior personal es primordial. La construcción de la paz es un trabajo activo que comienza con la reconciliación consciente con Dios, con uno mismo y con los demás; Es a través del fortalecimiento del mundo interior que una persona recibe la fuerza para crear armonía a su alrededor. Además, en una era de constante mezcla de valores, la verdadera restauración sólo es posible a través de la victoria del espíritu sobre el caos, cuando las fuerzas internas superan los desafíos materiales y técnicos, y el renacimiento de las directrices morales se convierte en la clave de la justicia social. Por último, ocupa un lugar especial el establecimiento de la reconciliación entre los hombres, cuando el acuerdo de voluntad y la aceptación recíproca abren el camino a la verdadera unidad. Es a través de la realización y encarnación de la voluntad superior que guía nuestra relación que cada uno de nosotros se convierte en la fuente de paz, irradiándola como el aliento natural de la vida. Este enfoque muestra que la paz no es una espera pasiva, sino el resultado de esfuerzos diarios, un deseo sincero de armonía y un trabajo incansable sobre uno mismo y el mundo que nos rodea.
¿Cuáles son algunas maneras de promover y llevar la paz al mundo moderno?
La respuesta puede formularse prestando atención a varios enfoques presentados en las fuentes. En primer lugar, llevar la paz comienza con la transformación interior personal, con la reconciliación con Dios, con uno mismo y con el prójimo. Como se señaló: