- 20.03.2025
Si Adán y Eva no hubieran probado el fruto, la historia de la humanidad probablemente habría tomado un rumbo completamente diferente. Sin el acto de desobediencia, la humanidad quizá habría conservado su estado original de unión con Dios, la gracia continua y, en cierto sentido, incluso la inmortalidad. En ese caso, las personas habrían evitado la ruptura fundamental que trajo consigo la pérdida del paraíso, el inicio del sufrimiento, las enfermedades y la muerte, así como la larga lucha contra las consiguientes consecuencias de la caída del hombre.