- 05.06.2025
Bailar con la lluvia: cómo Víctor aprendió a amar la imperfección de la vida
Desde la infancia, Víctor se ha aferrado a la esperanza obsesiva de celebrar su cumpleaños número 120 algún día, un sueño alimentado por las historias de aquellos que parecían estar adelantados a su tiempo. Se enfrentaba a cada amanecer con una disciplina diligente: registraba cada minuto de estiramiento y pesaba cada bocado que comía: no quedaba ni una sola rodaja de aguacate sin contar. Estaba convencido de que el más mínimo error podía arruinar su plan de longevidad cuidadosamente construido. Víctor se abrió camino por la vida de puntillas, cuidado incluso con los errores más pequeños que podrían robarle años tan deseables. En este ritual de vigilancia y abnegación, incluso el suave calor de un abrazo le parecía un exceso peligroso, capaz de causar una amenaza imprevisible para la salud.