- 29.05.2025
Llamar en medio del caos: por qué la ansiedad es una invitación al cambio
No quieres despertarte un día, mirarte en el espejo y darte cuenta de que te has convertido en una copia descolorida de las expectativas de otra persona, ¿verdad? Pero seamos honestos: tan pronto como piensas en ir más allá de los límites y buscar tu verdadero yo, la presión social es anunciada inmediatamente por el árbitro del deporte invisible, silbándote por cualquier intento de seguir las reglas. Hay una contradicción de la que a nadie le gusta hablar: cuanto más anhelas la verdadera libertad, con sus responsabilidades y riesgos, más tangibles son las cadenas de la sociedad que te empujan hacia atrás en roles inventados mucho antes de que tuvieras el derecho al voto. Tan pronto como intentas ser original, te encuentras limitado por los "imprescindibles", como si te vieras obligado a bailar con zapatos dos tallas más pequeños.
Bienvenidos a la arena de la conversación moderna: la honestidad radical. Se presenta como un camino hacia la confianza, un acelerador para el desarrollo de equipos, un boleto al mundo de la transparencia total. Pero aquí hay un giro digno del propio Sócrates: no pretendamos que la máxima apertura conduzca automáticamente a la igualdad o a la verdadera libertad. Alerta de spoiler: cuando una persona se apodera de la arena con una sinceridad despiadada y una transparencia "armada", no promueve la unidad, sino que la destruye. Un verdadero diálogo no es un bar de karaoke, donde un alma saca a relucir sus baladas emocionales, mientras que el resto sale tranquilamente a tomar aire.
We use cookies to ensure you get the best experience on our website. Learn more.