Para la resolución constructiva de conflictos en las relaciones entre vecinos, es importante abordar la situación con el objetivo real de restaurar la paz y prevenir fricciones futuras, en lugar de simplemente agravar la situación con acusaciones mutuas. Si el comportamiento del vecino causa problemas, conviene intentar iniciar la reconciliación desde nuestro lado, reconociendo que quizás también contribuimos a la situación, y dar el primer paso hacia el diálogo. Como se destaca en una de las fuentes del autor, "Para resolver una situación conflictiva no se debe actuar guiándose por nuestras propias ambiciones, sino por el deseo de paz y amor, pidiendo ayuda a Dios; entonces se logrará el efecto deseado. Muchas personas, en medio de una pelea o conflicto, temen dar el primer paso hacia la reconciliación. Es comprensible que no sea fácil, pero no se debe temer a ser malinterpretado. La mayoría de las veces, esto se recibe de manera muy positiva. Probablemente a nuestro oponente también le pese la situación, pero igual teme ser el primero en acercarse. Al tender la mano en busca de la reconciliación, en ningún caso se deben señalar los errores del otro, sino humildemente reconocer los propios y pedir perdón por ellos." Esto significa que un reconocimiento honesto y sereno de nuestras equivocaciones puede servir de señal efectiva para iniciar un diálogo constructivo, reduciendo la tensión y permitiendo a ambos lados ver la situación desde una nueva perspectiva.