Retos para una vida verdaderamente cristiana

Vivir en total conformidad con la imagen y la enseñanza de Jesucristo se enfrenta a una serie de serios obstáculos.

En primer lugar, se requiere actuar no solo con palabras, sino también con hechos. Como se menciona en una de las fuentes:
"«No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos» (Mt 7, 21). «Os he dado un ejemplo, para que también vosotros hagáis lo mismo que yo he hecho con vosotros» (Jn 8, 15). Sobre la necesidad de esfuerzo en la vida cristiana…" (source: 1230_6149.txt, page: 1).
Esto indica que la carencia de un compromiso sincero con la voluntad de Dios y la renuencia a emprender un camino de sacrificio constituyen barreras primarias.

En segundo lugar, la cultura contemporánea promueve valores seculares, tales como la búsqueda del placer, la autoexpresión, la riqueza material y el estatus social. Uno de los textos destaca:
"Depende del hombre cómo vivirá su vida: con un gran propósito o de manera mezquina. Algunas personas dicen: la vida es la búsqueda del placer. ... El hombre considera que lo más importante en la vida es la autoexpresión, la autoafirmación, y depende completamente de las personas y de las circunstancias." (source: 1078_5389.txt, page: 1).
Estos enfoques se contraponen al llamado de la vida cristiana, en la cual lo principal es vivir conforme a los mandamientos y al ejemplo de Cristo.

También cabe señalar que el amor por el mundo y sus tentaciones es tan fuerte que oscurece la verdadera comprensión de la vida espiritual. Las epístolas apostólicas lo dejan claramente patente:
"En las cartas apostólicas, la actitud hacia el mundo queda establecida de manera muy clara: «No améis al mundo ni lo que hay en el mundo; porque si alguno ama al mundo, en él no hay amor del Padre» —dice el apóstol Juan (1 Jn 2, 15). Y en otro lugar: «... todo el mundo yace en el mal» (1 Jn 5, 19). Al apóstol Santiago se le dice: «... ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios?»" (source: 6_28.txt, page: 1).
Así, la atracción por lo material y lo inmediato a veces conduce al alejamiento del camino que ofrece Cristo.

Además, la práctica actual, en la que los asuntos de fe se han convertido en un “asunto personal” y frecuentemente se limitan a una devoción oculta y privada, también dificulta el pleno crecimiento cristiano. Uno de los autores observa:
"Todo lo relacionado con la fe se ha convertido, cada vez más, en estos días en un ‘asunto privado’, incluso en algo que debe ocultarse en lo más recóndito, y que no debería tener ningún espacio en la vida. Hoy en día, el cristianismo se manifiesta únicamente como una devoción privada y oculta, pero la vida cristiana se ha empobrecido. La vida cristiana es posible solo en la Iglesia; solo la Iglesia vive la vida de Cristo." (source: 1005_5022.txt, page: 1).
Esto evidencia que la falta de apoyo colectivo y de una verdadera vida comunitaria debilita la capacidad de mantener ideales cristianos sinceros.

También es relevante el factor de presión relacionado con la comercialización de la vida espiritual. Cuando el ministerio se percibe como un medio para obtener ganancias, y los valores espirituales se transforman en mercancía, la vida cristiana pierde su esencia. Como se cita:
"«Recibisteis gratuitamente, dad gratuitamente» (Mt 10, 8), — mandó Cristo. Quien convierte su ministerio pastoral en un medio para obtener una ganancia corrupta, merece el destino de Simón el Mago. Es preferible que tales personas abandonen los límites de la Iglesia y se dediquen al negocio en los mercados." (source: 1086_5429.txt, page: 1)
y se reitera en otro pasaje:
"La Iglesia no es una tienda de productos espirituales, aquí no se permite ‘el comercio de la gracia’. «Recibisteis gratuitamente, dad gratuitamente» (Mt 10, 8), — mandó Cristo." (source: 1086_5429.txt, page: 2).
Así, la comercialización de la fe debilita la sinceridad y socava el servicio a los valores espirituales verdaderos.

Finalmente, la existencia de una cultura donde predomina la vida extra eclesiástica y la mera participación formal en los servicios religiosos también constituye un obstáculo serio. Como se señala:
"Ineludiblemente vivimos en una cultura no eclesiástica: seis días vivimos en algún lugar afuera, y el séptimo día acudimos a la Iglesia. Pero, ¿es suficiente solo con asistir a la Iglesia? En esencia, no lo es. Has sido llamado por Dios, estando casado, — e incluso si tu esposa no comparte la fe, vive con ella, siempre que ambos estén de acuerdo en convivir." (source: 1254_6269.txt, page: 1).
Esto subraya la necesidad de una participación constante y activa en la vida de la Iglesia, como parte indispensable de la imitación de Cristo.

En conjunto, estos factores — la ausencia de un compromiso genuino con la voluntad de Dios, el predominio de los valores seculares y mercantiles, el amor al mundo, la devoción individual en detrimento de la colectiva, la comercialización del ministerio espiritual y la participación meramente formal en la vida eclesiástica — constituyen los principales obstáculos para vivir plenamente de acuerdo con la imagen y la enseñanza de Jesucristo.

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