Simbolismo y Límite de los Sacrificios Legales
Los sacrificios establecidos por la ley tenían, ante todo, un carácter simbólico y cumplían la función de una purificación ritual externa, que no era capaz de eliminar la esencia del pecado. En los ritos prescritos por la ley, la purificación ocurría mediante el rociado con sangre – un acto ritual que separaba objetos y personas para Dios, pero que no podía enmendar completamente su impureza moral.Así, como se señala en la fuente " enlace txt" (página 182):"El castigo impuesto por la justicia de Dios por los pecados de cada hombre, de manera inocente, por amor Él lo asumió y lo soportó, para que la concesión a las personas de la gracia de la redención fuera una unión de justicia y misericordia. Cada sacrificio tenía su papel en la purificación, pero no podía enmendar completamente los pecados."Aquí se destaca claramente que, aunque los sacrificios servían para una purificación parcial y simbólica, no podían cambiar la condición fundamental del hombre ante Dios. Por medio de la ley se preveía únicamente una purificación temporal y visible, lo que indicaba la necesidad de realizar un sacrificio verdadero y definitivo, capaz de unir la justicia y la misericordia.Esta misma comprensión se refleja en otra fuente, donde se dice que "purificarse de la inmundicia... solo era posible para cualquiera a través de Cristo" (fuente " enlace txt", página 1). Esta afirmación sugiere que la verdadera purificación interna del pecado se logra mediante un sacrificio perfecto, en contraste con los sacrificios rituales prescritos por la ley.Por lo tanto, los sacrificios conforme a la ley no proporcionaban una purificación completa de las personas desde el pecado, ya que únicamente simbolizaban externamente el perdón y la purificación, mientras que la verdadera fuerza redentora implicaba un cambio más profundo, contenido en otro sacrificio, capaz de combinar los requerimientos de la justicia y la misericordia.