El enigma dual de las palabras
En nuestra comunicación diaria, la palabra no aparece simplemente como un conjunto de signos arbitrarios, sino como un portador vivo de la idea que despierta imágenes y emociones. Al adentrarnos en el mundo del lenguaje, a menudo lo consideramos como un reflejo titilante de las convenciones sociales, donde cada palabra posee únicamente un significado predeterminado. Sin embargo, al profundizar en las palabras, su percepción instintiva se transforma en algo mucho más multifacético, semejante a un puente mágico que une el mundo exterior con nuestro interior, repleto de imaginación.La parte esencial de este fascinante proceso reside en que las palabras, en la poesía y en el discurso artístico, pierden su carácter convencional para transformarse en una fuente inagotable de imágenes. Comienzan a evocar en nosotros no sólo representaciones concretas, sino también un complejo abanico de asociaciones, despertando una respuesta emocional difícil de explicar con simples términos. El mismo término puede designar algo material y, al mismo tiempo, ofrecer espacio a la imaginación, como si nos recordara la idea profunda, algo enigmática, casi platónica, de aquello que representa. De este modo, el lenguaje adquiere una dualidad: la correspondencia racional entre el signo y el significado, seguida de la influencia inesperada y poderosa de las imágenes que originan dicho signo.En conclusión, cabe señalar que la verdadera belleza de la palabra se manifiesta justamente en su capacidad para transportarnos más allá de la percepción habitual. En lugar de recibir una definición banal y memorizada, obtenemos una experiencia emocional y multifacética que hace que la comunicación se sienta viva y plena. Es en este cruce entre lo racional y lo intuitivo donde nace la poesía, obligándonos a ver el lenguaje como una fuerza mágica capaz de despertar no solo pensamientos, sino también sentimientos.
¿Cómo se puede interpretar el juego de palabras "la palabra no es un gorrión, sino que el gorrión es la palabra" desde el punto de vista de las peculiaridades del lenguaje y del significado simbólico de las palabras?El juego de palabras "la palabra no es un gorrión, sino que el gorrión es la palabra" puede entenderse como una afirmación de que las palabras en el lenguaje poseen una naturaleza dual. Por un lado, son signos arbitrarios, convencionales en la sociedad, pero por otro, es en la percepción poética e instintiva donde llegamos a sentir en ellas algo más que una mera correspondencia arbitraria entre signo y referente.Como se señala en una fuente:"—Entonces, ¿de las dos posibilidades contrapuestas en este diálogo —la correspondencia de las palabras con su significado 'por naturaleza' y 'por ley' (o convenio)— rechazas la segunda y eliges decididamente la primera? —Solo para el discurso poético y para el surgimiento del habla en general. En los idiomas estudiados por los lingüistas, en el lenguaje racional y práctico no existe nada más que el vínculo convencionalmente reconocido entre los signos y aquello a lo que hacen referencia. Pero cuando las palabras dejan de ser para nosotros como una moneda de cambio, y nos detenemos a escucharlas y reflexionar sobre ellas, se nos revela una conexión 'natural', es decir, una conexión justificada en su calidad, no con su significado concreto de objeto único, sino con su significado preliminar, preobjetual y, por ello, no del todo definido. Ese significado empieza a parecernos inherente a ellas, y ellas mismas —las palabras de nuestro idioma nativo— se vuelven indispensables, necesarias para ese significado. Nos sugieren, nos infunden justamente ese significado..." (source: enlace txt)Asimismo, otra cita de la misma fuente ilustra cómo una misma palabra puede evocar distintas representaciones:"—Algo no te estoy entendiendo bien. La palabra 'gorrión' te sugiere al gorrión, mientras que el gorrión, sentado en el alféizar... —No me sugiere nada, sino que, en ocasiones, simplemente me recuerda que en ruso se llama 'gorrión'. En cambio, la palabra 'gorrión' no infundía en ti la imagen, el pensamiento sobre ese gorrión; más bien, presentaba al pensamiento y a la imaginación al 'gorrión en general', lo representaba —era para ellos esa entidad inmaterial, que no existía de otro modo que en nuestros pensamientos, como un gorrión. —Realmente, es como alguna idea platónica... —Sea cual fuere la filosofía sobre ella" (source: enlace txt)Así, el juego de palabras señala la diferencia entre la percepción concreta y real y el significado más profundo y simbólico de la palabra. Se resalta que la palabra no simplemente “vuela” como un gorrión llevando consigo un mensaje, sino que actúa como portadora de una idea, de una imagen que habita en nuestra imaginación y cultura. Esto demuestra la complejidad del sistema lingüístico, donde una misma palabra puede desempeñar tanto una función utilitaria como cargar con un rico significado simbólico, algo especialmente evidente en el uso poético del lenguaje.