Redención y Esfuerzo: La Realidad de la Justicia en Cristo

La enseñanza de Pablo sobre la justicia en Cristo nos revela una verdad asombrosa: la gracia concedida por Dios a través de la redención transforma al ser humano, pero no elimina su tendencia natural hacia el pecado. Incluso recibir este don inmerecido no implica un cambio inmediato y completo de la esencia humana – cada creyente sigue siendo imperfecto, enfrentándose a los desafíos de su propia naturaleza.

La esencia de esta enseñanza reside en que la salvación no depende de nuestras buenas obras, sino que es una manifestación del poder salvador del Creador, que actúa a través de la fe en Cristo. Este don se extiende a todos los que aceptan la gracia, pero su aplicación práctica en la vida de la persona requiere un esfuerzo interno constante y superación personal. Pues es precisamente a través de la búsqueda diaria del crecimiento moral y la renovación que podemos experimentar verdaderamente la fuerza de la salvación, la cual influye en cada aspecto de nuestra vida.

Así pues, aunque cada creyente es justificado y dotado de justicia, su verdadera manifestación resulta de un esfuerzo espiritual continuo, sostenido y guiado por la fuerza de Cristo. Esta enseñanza nos inspira a no conformarnos con lo alcanzado, sino a aspirar a un cambio constante, perfeccionando nuestra alma y vida cada día.

¿Porque, a pesar de que Pablo proclama que la justicia de Dios se otorga a todos los creyentes, no se observa una justicia universal entre ellos?


Aunque Pablo proclama que la justicia de Dios se concede a todos mediante la fe, ésta no transforma al ser humano de forma inmediata y completa. La justicia, según su mensaje, es un don que llega a través de la redención en Cristo – "justificación y justicia a través de la fe en Cristo" (fuente: enlace txt) – pero este don no elimina la tendencia innata del hombre al pecado. Todos han pecado, y aun al recibir este don de gracia, permanecen imperfectos en sus acciones. Como se señala: "Todos han pecado, y están privados del resplandor de Dios" (fuente: enlace txt).

Además, la verdadera justicia no depende de nuestros esfuerzos, sino que es una manifestación del poder salvador del Creador. Y aunque la salvación se concede como un don, no todos aprovechan este regalo en su totalidad, pues la transformación moral requiere de una mejora continua del estado interior ("La verdadera justicia no se logra por nuestros esfuerzos, sino por el poder redentor y salvador del Creador" – fuente: enlace txt). Así, aunque en líneas generales cada creyente sea justificado y tenga derecho a la justicia, su manifestación práctica varía, dependiendo de la aceptación y de una vida transformada por la fuerza salvadora de Cristo.

Supporting citation(s):
"Igual que la justificación y la justicia a través de la fe en Cristo. En otro tiempo, la Ley y los profetas daban testimonio de la justicia de Dios, pero ahora se ha revelado a las personas apartada de la Ley; y esta justicia de Dios, fundada sobre la fe en Jesucristo, es para todos los que creen, pues no hay distinción. Todos han pecado, y están privados del resplandor de Dios, y son justificados sin méritos, sino únicamente por Su gracia, a través de la redención en Cristo Jesús. Dios hizo que por medio de Él se cumpliera el propiciación y la reconciliación por la fe en la derramada Sangre de Él. Con esto, Dios demostró que fue justo también en el pasado, cuando en su paciencia dejaba los pecados sin castigo; y de igual manera ahora manifiesta Su verdad: Él mismo es justo y justifica a los que creen en Jesús." (fuente: enlace txt)

"Salvación no es un pago por buenas obras, es un Don de Dios. Pero no todos hacen uso pleno de este don. Y cuando el apóstol Pablo habla de aquellos que han sido justificados por la fe, toma como ejemplo a los justos del Antiguo Testamento. En las Escrituras se dice: 'El justo vivirá por la fe'. La justicia, por sí sola, no es suficiente para nuestra salvación, sino que constituye la condición moral para ella. Cristo salva; la salvación se concede al hombre como un don. Ningún justo fuera de Cristo, por sus propias obras de justicia, obtiene el derecho a la salvación, tal como tampoco lo obtuvieron los justos del Antiguo Testamento, que descendieron al infierno antes de que el Hijo de Dios ofreciera el sacrificio redentor." (fuente: enlace txt)

Redención y Esfuerzo: La Realidad de la Justicia en Cristo

¿Porque, a pesar de que Pablo proclama que la justicia de Dios se otorga a todos los creyentes, no se observa una justicia universal entre ellos?