El legado ortodoxo en la Revolución Rusa

En el corazón de los cambios históricos, la ortodoxia tradicional jugó un papel decisivo al vincularse con las ideas arraigadas del autocracia. Ya en el pasado, el enfoque en el que los bautizados y los que recibían la comunión creían en la sacralidad del orden estatal formó la base para el apoyo al régimen zarista, separando la conciencia religiosa de las nuevas ideas políticas de la época. Esta orientación, que la iglesia mantuvo en el umbral de los siglos, limitó significativamente su capacidad para erigirse como una voz creativa y opositora en el momento crucial de las convulsiones revolucionarias de 1917. En vez de movilizar a los creyentes y ofrecer una visión alternativa para la transformación de la sociedad, la iglesia permaneció cautiva de las tradiciones, fortaleciendo los ideales establecidos y contribuyendo a la legitimación del poder. Este vínculo entre la religión y el aparato estatal resultó fatal, dejando tras de sí profundas preguntas sobre la capacidad de las instituciones espirituales para influir en el destino de la nación durante tiempos de grandes cambios.
¿Qué papel, según el autor, desempeñaron los cristianos bautizados y que reciben la comunión en los acontecimientos de la revolución de 1917 en Rusia?
Según el autor, los cristianos bautizados y que reciben la comunión quedaron vinculados a la ortodoxia histórica tradicional, la cual, en esencia, consagraba el autocracia. En otras palabras, en lugar de oponerse a las utópicas ideas políticas, apoyaban el ideal estatal, lo que a su vez provocó que la iglesia perdiera su papel creativo y de oposición en el momento decisivo de la revolución de 1917.

El autor señala que, históricamente, la ortodoxia reconoció al zar como cabeza de la iglesia, lo que separó la conciencia religiosa de las nuevas necesidades políticas de la época. Como resultado, este vínculo con el autocracia llevó a la condena de la iglesia como una institución incapaz de ofrecer una visión alternativa de la sociedad en tiempos de cambios radicales. Así, en lugar de movilizar a sus seguidores para resistir activamente los golpes estatales, los cristianos, aferrados al marco del antiguo sistema, contribuyeron al fortalecimiento de los ideales preestablecidos.

Citas de apoyo:
"Históricamente, la ortodoxia consagró el autocracia y reconoció al zar como cabeza de la iglesia, lo que separó a la iglesia del rol creativo en la vida del estado. Por ello, la iglesia fue condenada y los cristianos, en lugar de resistir las utopías políticas, consagraron el ideal estatal. Esta caída privó a la iglesia de su papel en la época revolucionaria, cuando el destino de Rusia estaba en juego." (fuente: 1251_6254.txt)

El legado ortodoxo en la Revolución Rusa

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