Camino hacia un Futuro Equitativo: Reforma Social y Económica
Para cambiar el futuro para mejor, es necesario reformar de manera audaz y constante tanto la esfera social como la económica de nuestra vida. Todo comienza con la modernización de la política social: invertir en salud, educación y cultura no solo puede unir a los distintos sectores de la sociedad, sino también brindar a cada persona la oportunidad de desarrollo personal y de un futuro estable. Debemos aspirar a crear una sociedad en la que nadie se vea privado del acceso a una alimentación de calidad, agua limpia, vivienda digna y condiciones sanitarias, ya que estas son condiciones fundamentales para un estilo de vida saludable y para combatir el hambre y la pobreza.En el frente económico, juega un papel clave la libertad de creatividad y las oportunidades para la autorrealización de los trabajadores y organizadores. Solo permitiendo que las personas tomen la iniciativa e implementen innovaciones tecnológicas, no solo se puede mantener el nivel de bienestar alcanzado, sino también estimular el progreso técnico, que a su vez favorecerá el crecimiento general y el bienestar de la sociedad. Es importante que los países desarrollados compartan parte de sus ingresos, destinando fondos al desarrollo de las regiones más pobres, así como al apoyo de programas educativos y de salud.Tampoco debemos olvidar a la familia, núcleo de la sociedad. El fortalecimiento de las bases familiares contribuye no solo a mejorar las relaciones sociales, sino también a reducir los niveles de pobreza y enfermedades. La suma de estas medidas —orientadas a renovar los estándares culturales y sociales, a reforzar la libertad económica y a distribuir de manera racional los recursos financieros— constituye un conjunto vital de cambios para crear una sociedad en la que cada persona pueda desarrollar su potencial y disfrutar de una vida digna.¿Qué cambios en las esferas social y económica son necesarios para minimizar las enfermedades y la pobreza?Para minimizar las enfermedades y la pobreza, es necesario implementar cambios integrales tanto en la esfera social como en la económica, abarcando varias direcciones.En primer lugar, es fundamental ajustar la política social: se debe invertir en salud, educación y cultura, lo que permitirá reducir la brecha cultural entre los distintos grupos sociales. Como se señala en una de las fuentes, “Se deben realizar esfuerzos adicionales para superar la brecha en el nivel cultural entre los diferentes grupos sociales, observable en los países más pobres, en la formación y recualificación de desempleados, en la mejora de las condiciones laborales (especialmente de las mujeres y los socialmente vulnerables), y en la mayor inversión en salud, educación y cultura. Proponemos a todos los países del mundo apoyar el ‘Programa de Acción de El Cairo’, con el fin de garantizar la salud sexual y los derechos reproductivos, favorecer la mejora de la calidad de vida de los sectores más desfavorecidos y detener el crecimiento poblacional mundial.” (fuente: 473_2360.txt).Además, resulta imprescindible combatir activamente la pobreza y el hambre mediante la creación de condiciones en las que cada persona pueda acceder a una alimentación adecuada, agua limpia, condiciones sanitarias y, al menos, a estándares mínimos de vivienda. En apoyo a ello, se presenta la siguiente propuesta: “En primer lugar, debemos aspirar a acabar con la pobreza y el hambre, y a garantizar a toda la población mundial una atención sanitaria y una vivienda adecuadas. Esto significa que ninguna persona puede ser privada de una alimentación normal y de agua limpia, y que debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para erradicar las enfermedades infecciosas, asegurar condiciones sanitarias adecuadas y garantizar a cada uno una vivienda, aunque sea con estándares mínimos.” (fuente: 473_2360.txt).En el ámbito económico, es crucial garantizar esa libertad que permite a los trabajadores y organizadores desarrollar su potencial creativo, fomentando tanto el progreso técnico como la preservación del nivel de bienestar alcanzado. Tal como se enfatiza: “Volvamos por un minuto a la esfera cultural-económica más elemental. Incluso aquí, la eliminación completa de la libertad equivale a eliminar la propia vida económica. Sin creatividad, es decir, sin cierta libertad para el trabajador y el organizador, no puede haber ni progreso técnico, ni siquiera la preservación del nivel alcanzado.” (fuente: 1258_6286.txt, página: 298).También se deben considerar las medidas financieras: los países industrializados podrían destinar un cierto porcentaje de sus ingresos anuales para apoyar el desarrollo de las naciones más pobres, asignando dichos fondos parcial o totalmente al desarrollo social y a la gestión de cuestiones relacionadas con la población (fuente: 473_2360.txt).No hay que olvidar, finalmente, la importancia del núcleo social —la familia. Una familia saludable es la célula básica de la sociedad, y su fortalecimiento contribuye a la mejora general de las relaciones sociales, lo que a su vez tiene un impacto positivo en la reducción de la pobreza y de las enfermedades (fuente: 1255_6273.txt).En resumen, los cambios sistémicos deben incluir la mejora de los programas educativos y culturales, la creación de condiciones para el progreso técnico y la libertad en la actividad económica, la distribución eficaz de los recursos financieros y el fortalecimiento de la estructura social mediante el apoyo a la familia y la cohesión social.