El Poder del Habla Consciente
En la dinámica de la comunicación de cada vida, llega un punto en el que las palabras pueden encender el conflicto o fomentar la comprensión mutua. Es en esos momentos cuando se vuelve decisiva la capacidad de hacer una pausa y sopesar cuidadosamente las consecuencias de la declaración. En primer lugar, es importante detenerse y pensar en lo que exactamente quiere decir y si esto logrará el efecto deseado. Si en su interior se está gestando incertidumbre o dudas sobre si tus palabras serán útiles, es mejor posponer el comentario hasta que las emociones se hayan calmado. Este enfoque ayuda a prevenir posibles giros y vueltas negativos, lo que le permite evaluar objetivamente más adelante si ha causado daño con su intervención. Cuando la situación se calienta, una pausa razonable se convierte en la clave de la estabilidad: brinda la oportunidad de tomar un respiro, comprender la situación y, si es posible, cambiar el tema de conversación, manteniendo el diálogo constructivo y útil para todos los participantes. Evaluar tus declaraciones, escuchar tu voz interior y no permitir que una idea negativa se plasme en palabras: esto es lo que ayuda a mantener la armonía interior, incluso si a primera vista puede parecer que el silencio causará condena. Este equilibrio de autocontrol y conciencia se convierte en la clave para una comunicación exitosa, permitiéndonos no solo evitar conflictos innecesarios, sino también mantener una comunicación respetuosa en cualquier situación difícil.¿Cómo decidir si hablar en una situación difícil o es mejor guardarse las observaciones para uno mismo?Al decidir si hablar en una situación difícil o guardar tus observaciones para ti mismo, es importante que primero te detengas y pienses en lo que quieres decir y en las consecuencias que podría tener. Por ejemplo, si te sientes inseguro de que tus palabras serán beneficiosas, o si tienes dudas internas de que lo que dices pueda ser negativo o incluso pecaminoso, es prudente elegir el camino de la moderación y abstenerse de comentar de inmediato. Como se señaló en una de las fuentes, si decide hacer una pausa para pensar detenidamente en su declaración, entonces, incluso si puede causar condena por un silencio repentino, es mejor continuar la conversación si está seguro de la exactitud de sus palabras, o si el pensamiento claramente tiene una connotación indeseable, intente redirigir la conversación u ocultar este pensamiento. Esto permite después de la conversación evaluar si ha causado daño con sus declaraciones: "Si me detengo a juzgar lo que quiero decir, para entender, como usted dijo, si es bueno o no, entonces me someto a la condena del interlocutor por haber callado de repente. Si no es obvio para ti que hay pecado en esto, entonces debes continuar la conversación... para amonestar así sus pensamientos, condenándose a sí mismo por haber hablado mal". (fuente: 1131_5650.txt)Al mismo tiempo, si notas que el pensamiento que vas a expresar contiene una negatividad o pecado significativo, es mejor cortarlo de inmediato, ya sea cambiando a un tema más importante o dejando en claro que es inapropiado hablar de ello ahora:"Si es obvio que el pensamiento (que quieres expresar) contiene pecado, entonces trata de cortarlo sin la confusión que sigue, ya sea mostrando que has olvidado lo que pensabas decir, o transfiriendo el pensamiento a otra conversación, más útil..." (fuente: 1131_5650.txt)Otro aspecto de la elección es el estado emocional de los participantes en la situación. Si la situación se calienta y las emociones se apoderan de ti, entonces una declaración forzada o apresurada puede llevar a una pelea, de la que luego se arrepentirá. No estará de más hacer una pequeña pausa, dejar que las emociones se enfríen y así mitigar las posibles consecuencias negativas:"Debe recordarse que en un estado irritable y excitado, las personas a menudo hacen cosas de las que se arrepienten mucho más tarde. Por lo tanto, cuando sentimos que el grado de tensión emocional, la excitación en una conversación excede el límite permisible, necesitamos ser capaces de detenernos a tiempo, y si no podemos calmarnos, tomar un descanso, tomar un tiempo fuera". (fuente: 472_2357.txt)Por lo tanto, antes de hablar en una situación difícil, vale la pena evaluar conscientemente:• Qué consecuencias pueden tener mis palabras.• ¿Qué tan justificado está entrar en una discusión si hay duda o un tono negativo en el interior?• Cuál es el estado emocional de los participantes en la conversación y si es posible prevenir la escalada del conflicto.Una autoevaluación tan exhaustiva ayuda a evitar sacar conclusiones precipitadas y a mantener la integridad interna, lo que le permite evaluar posteriormente si su intervención realmente benefició o perjudicó la comunicación.Cita(s) de apoyo:"Si me detengo a juzgar lo que quiero decir, para entender, como usted dijo, si es bueno o no, entonces me someto a la condena del interlocutor por haber callado de repente. Si no es obvio para ti que hay pecado en esto, entonces debes continuar la conversación... para amonestar así sus pensamientos, condenándose a sí mismo por haber hablado mal". (fuente: 1131_5650.txt)"Si es obvio que el pensamiento (que quieres expresar) contiene pecado, entonces trata de cortarlo sin la confusión que sigue, ya sea mostrando que has olvidado lo que pensabas decir, o transfiriendo el pensamiento a otra conversación, más útil..." (fuente: 1131_5650.txt)"Debe recordarse que en un estado irritable y excitado, las personas a menudo hacen cosas de las que se arrepienten mucho más tarde. Por lo tanto, cuando sentimos que el grado de tensión emocional, la excitación en una conversación excede el límite permisible, necesitamos ser capaces de detenernos a tiempo, y si no podemos calmarnos, tomar un descanso, tomar un tiempo fuera". (fuente: 472_2357.txt)