Intimidad física: cultura, normas y emociones

En la sociedad moderna, las cuestiones de intimidad física evocan una respuesta viva y dan lugar a muchas disputas. Los abrazos, las caricias y otras manifestaciones de ternura se perciben de manera ambigua: todo depende de las tradiciones culturales, las expectativas y la naturaleza de las relaciones entre las personas. Cuando estos gestos son inapropiados o no cuentan con el refuerzo emocional adecuado, pueden interpretarse fácilmente como una intimidad excesiva o incluso como un intrusismo. Por un lado, las formas usuales de saludo en algunos pueblos pueden causar sorpresa o vergüenza en representantes de otras culturas, lo que enfatiza la necesidad de tener en cuenta el contexto y las costumbres de cada entorno específico. Por otro lado, la importancia de la intimidad espiritual en una relación es obvia: el verdadero respeto y los valores morales crean la base sobre la que se construye cualquier contacto físico, convirtiéndolo en un signo de afecto sincero, y no en un gesto de simpatía superficial. La conclusión aquí es que cada uno de nosotros necesita considerar tanto los códigos culturales como los límites personales para que la intimidad física sirva como una fuente de apoyo y calidez, en lugar de generar malentendidos o incluso repulsión.
¿En qué casos la intimidad física, como los abrazos, puede percibirse como inapropiada y provocar repulsión?
La intimidad física, como los abrazos, puede percibirse como inapropiada y repulsiva en varias ocasiones cuando no se ajusta a las expectativas, las normas culturales o el contexto de la relación. Por ejemplo, si tales gestos se manifiestan entre personas que no están relacionadas por lazos familiares o matrimoniales, a menudo se consideran como un indicio de intimidad excesiva. Como señala una fuente:
"Es absolutamente inaceptable abrazar, sentarse en las rodillas, acurrucarse y caminar del brazo con personas con las que no se tiene relación o no se tiene relación matrimonial. Hoy en día, esta exigencia puede parecer demasiado "puritana", aunque la etiqueta y las reglas de los buenos modales aún hoy no recomiendan tal comportamiento, que, nos guste o no, siempre es considerado por el otro sexo como una especie de indicio de gran intimidad, que da lugar, voluntaria o involuntariamente, a todo un torbellino de pensamientos y sentimientos pródigos. (fuente: 1053_5262.txt)

El contexto cultural también influye. Por ejemplo, lo que puede ser una forma normal de saludo para una persona será un gesto demasiado directo para otra, como lo ilustra la siguiente observación:
"Una vez en Europa, un estadounidense se siente incómodo cuando se abalanzan sobre él con abrazos. Pero para un europeo, esta es una forma común de saludo. Existen normas sociales sobre lo que es aceptable y lo que no lo es cuando se comunica con personas del sexo opuesto. En el matrimonio, tales normas son establecidas sólo por el esposo y la esposa. Sin embargo, aquí tampoco todo está permitido. La sociedad defiende a las víctimas de palizas y abusos". (fuente: 1346_6729.txt)

El nivel de intimidad espiritual o emocional también es importante. Si hay una falta de un profundo sentido de respeto y valores morales entre los miembros de la pareja, la intimidad física puede percibirse como un gesto superficial e incluso inapropiado. Como se dice:
"Si un joven y una muchacha se encuentran, que tienen el mismo sentido del honor y la dignidad, entonces durante mucho tiempo no cruzan la línea más allá de la cual comienza la intimidad física. Esto no significa que no tengan el deseo de hacerlo. Este deseo es ardiente y apasionado, pero la intimidad física sin intimidad espiritual les parece moralmente injustificada". (fuente: 1348_6736.txt)

Por lo tanto, los abrazos y otras formas de intimidad física pueden provocar repulsión si se manifiestan sin tener en cuenta las normas culturales, la idoneidad de la relación, o cuando se perciben como un indicio de intimidad excesiva sin el contenido emocional adecuado.

Cita(s) de apoyo:
"Es absolutamente inaceptable abrazar, sentarse en las rodillas, acurrucarse y caminar del brazo con personas con las que no se tiene relación o no se tiene relación matrimonial. Hoy en día, esta exigencia puede parecer demasiado "puritana", aunque la etiqueta y las reglas de los buenos modales aún hoy no recomiendan tal comportamiento, que, nos guste o no, siempre es considerado por el otro sexo como una especie de indicio de gran intimidad, que da lugar, voluntaria o involuntariamente, a todo un torbellino de pensamientos y sentimientos pródigos. (fuente: 1053_5262.txt)

"Una vez en Europa, un estadounidense se siente incómodo cuando se abalanzan sobre él con abrazos. Pero para un europeo, esta es una forma común de saludo. Existen normas sociales sobre lo que es aceptable y lo que no lo es cuando se comunica con personas del sexo opuesto. En el matrimonio, tales normas son establecidas sólo por el esposo y la esposa. Sin embargo, aquí tampoco todo está permitido. La sociedad defiende a las víctimas de palizas y abusos". (fuente: 1346_6729.txt)

"Si un joven y una muchacha se encuentran, que tienen el mismo sentido del honor y la dignidad, entonces durante mucho tiempo no cruzan la línea más allá de la cual comienza la intimidad física. Esto no significa que no tengan el deseo de hacerlo. Este deseo es ardiente y apasionado, pero la intimidad física sin intimidad espiritual les parece moralmente injustificada". (fuente: 1348_6736.txt)

Intimidad física: cultura, normas y emociones

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