Temperamento: Las raíces vivas de nuestra personalidad

En el corazón mismo de cada persona hay un poder increíble que moldea su temperamento, y esta fuerza se establece desde la primera infancia. Ya al comienzo de la vida, los recién nacidos tienen varios tipos de temperamento, lo que indica su profunda naturaleza innata. Estas características básicas, determinadas por la genética, están impresas en la personalidad durante mucho tiempo y persisten a pesar de cualquier cambio externo. Además, la singularidad del temperamento radica en su intensidad emocional: el niño experimenta los sentimientos de manera más vívida, lo que hace que el temperamento sea especialmente notable y "animado". Esta intensidad de las emociones no solo le da dinamismo al carácter de una persona, sino que también determina su comportamiento a lo largo de la vida. En resumen, la verdadera fuerza del temperamento radica en su inviolabilidad: desde la herencia genética hasta la percepción emocional profunda, todos los factores juntos crean un elemento único y poderoso que debe ser apreciado y comprendido, ya que es la base de nuestra individualidad.
¿Qué factores determinan que el temperamento puede estar tan vivo que es difícil cambiarlo o contenerlo?
La respuesta se basa en el hecho de que el brillo y la estabilidad del temperamento están dictados por su naturaleza innata y su profundo arraigo en la personalidad de una persona. Como se señala en una de las fuentes, "Los psicólogos Chess y Thomas han demostrado de manera convincente que... Los temperamentos están profundamente arraigados en la personalidad, difícilmente pueden ser alterados y pueden acompañar a una persona a lo largo de su vida" (fuente: 1347_6732.txt). Un factor importante aquí es el hecho de que en los recién nacidos se han identificado varios (en este caso, nueve) tipos de temperamento a la vez, que determinan las características individuales del niño y se establecen mucho antes de que las circunstancias externas puedan cambiarlas.

Además, el factor que influye es la gravedad de la reacción emocional. Por ejemplo, una fuente dice que "el niño está emocionado, siente más fuerte que nosotros y expresa sus sentimientos más fuerte..." (fuente: 1348_6738.txt, página: 18). Un alto grado de excitabilidad emocional hace que el temperamento sea especialmente vivo y, al mismo tiempo, hace que sea difícil contenerlo. Es decir, es debido a la predisposición innata a la experiencia intensa de las emociones que el temperamento resulta difícil de cambiar, ya que incluso en presencia de un entorno favorable, sus características básicas permanecen inalteradas o solo se modifican ligeramente.

Así, los factores que determinan la "vivacidad" del temperamento son:
1. Su naturaleza innata, genéticamente determinada, cuando ciertos tipos de temperamento se forman en una etapa temprana de la vida.
2. Profundo arraigo de estos rasgos en la personalidad, lo que los hace estables a lo largo de la vida.
3. Alta excitabilidad emocional, que complica los procesos de cambio o restricción del temperamento.

Cita(s) de apoyo:
Los psicólogos Chess y Thomas han demostrado de manera convincente que la forma en que un niño crece está determinada no sólo por el entorno familiar, sino también por sus propias características de personalidad. ... Los temperamentos están profundamente arraigados en la personalidad, difícilmente pueden ser alterados y pueden acompañar a una persona a lo largo de su vida" (fuente: 1347_6732.txt).

"El carácter y el temperamento determinan la actividad del niño; ... El niño está emocionado, siente más fuerte que nosotros y expresa sus sentimientos con más fuerza..." (fuente: 1348_6738.txt, página: 18).

Temperamento: Las raíces vivas de nuestra personalidad

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