La cercanía como sinceridad
A veces nos preguntamos: ¿es posible permanecer cerrado y seguir siendo sincero? La respuesta resulta ser inspiradora y multifacética. La conclusión es que la forma en que revelamos nuestro mundo interior es una cuestión de elección personal, y la sinceridad no está determinada por el número de historias sobre nosotros mismos, sino por la correspondencia entre lo que sentimos por dentro y lo que mostramos al mundo exterior. Si una persona decide ocultar algunos de sus pensamientos y sentimientos, esto no significa la pérdida de la verdad o la franqueza. Por el contrario, tal secreto puede servir como una poderosa herramienta para proteger la armonía interior y preservar el verdadero yo. Ser sincero es ser honesto con nosotros mismos, y la forma en que compartimos nuestra esencia puede seguir siendo individual y diversa. Es importante recordar que cada uno de nosotros tiene su propio grado único de franqueza. Algunas personas eligen ser profundamente leales a sí mismas y lo demuestran no con la abundancia de palabras, sino con la sinceridad de cada mirada, de cada gesto. Por lo tanto, la cercanía personal no se convierte en una barrera para la honestidad, sino en una forma de mantener el equilibrio interno y proteger el propio espacio, permaneciendo verdadero y genuino.¿El secretismo de una persona determina su falta de sinceridad, o es posible permanecer cerrado sin dejar de ser honesto?Puedes permanecer cerrado y seguir siendo sincero. El secreto, es decir, la decisión de no revelar completamente el mundo interior de uno, no necesariamente indica mentiras o falta de sinceridad. Como señaló una fuente: "En otros casos, son muy relativos. Y, sin embargo, a la persona le es dado "abrir" voluntariamente su mundo interior a los demás o ocultárselo a sí mismo: cada persona tiene un grado especial de franqueza. Pero una persona franca puede no ser sincera, ya sea porque no es sincera consigo misma, o porque en sus "efusiones" cae en un dibujo onírico, y cada vez, dependiendo del interlocutor, compone un "nuevo yo", pintándolo con colores más o menos brillantes. Al contrario: una persona sincera -sincera tanto consigo misma como con los demás- puede ser de naturaleza cerrada y ocultar mucho de sí misma. Todo esto es en el sentido ordinario de 'sinceridad' y 'franqueza'" (fuente: 797_3983.txt).Por lo tanto, la sinceridad no está determinada por el número de hechos sobre uno mismo que se cuentan, sino por el grado de correspondencia de los sentimientos y pensamientos internos con lo que una persona muestra a los demás. Es decir, una persona puede elegir conscientemente qué y cuánto revelar, sin dejar de ser honesta tanto consigo misma como con los demás. Esto confirma que el secreto no es un signo de falta de sinceridad, sino que, por el contrario, puede ser una forma de protección personal o de armonía interior, cuando una persona, mientras permanece cerrada, permanece fiel a sus verdaderos sentimientos. Cita(s) de apoyo:"En otros casos, son muy relativos. Y, sin embargo, a la persona le es dado "abrir" voluntariamente su mundo interior a los demás o ocultárselo a sí mismo: cada persona tiene un grado especial de franqueza. Pero una persona franca puede no ser sincera, ya sea porque no es sincera consigo misma, o porque en sus "efusiones" cae en un dibujo onírico, y cada vez, dependiendo del interlocutor, compone un "nuevo yo", pintándolo con colores más o menos brillantes. Al contrario: una persona sincera -sincera tanto consigo misma como con los demás- puede ser de naturaleza cerrada y ocultar mucho de sí misma. Todo esto es en el sentido ordinario de 'sinceridad' y 'franqueza'" (fuente: 797_3983.txt).