Rechazo de la razón: ¿elección o enfermedad?
En el mundo moderno, a menudo se plantea la pregunta de cuán conscientemente somos capaces de controlar nuestras mentes. Por un lado, el rechazo consciente de los instrumentos racionales del pensamiento se presenta como una renuncia voluntaria al don inagotable y universal que siempre nos acompaña. El rechazo parecería paradójico, porque la razón no está sujeta a ninguna circunstancia externa y es el fundamento de nuestra percepción de la realidad. Es por eso que la pérdida o ignorancia de esta cualidad inquebrantable parece no solo ilógica, sino también peligrosa. Por otro lado, existe un estado en el que la capacidad de analizar y percibir el mundo desaparece involuntariamente, convirtiéndose en una pérdida patológica de control sobre la mente. Aquí no estamos hablando de una decisión volitiva, sino de una dolorosa evasión de la responsabilidad, cuando una persona se convierte en rehén de sus propios conflictos internos. Esta distinción subraya cuán delgada es la línea entre la elección consciente y el escape inconsciente de la realidad.De esta manera, el rechazo de la razón se convierte en un símbolo de la paradoja en la que la decisión consciente de perder la fuente de comprensión del mundo es similar al doloroso estado de perder el control. Independientemente del motivo, el valor de la razón como compañera universal sigue siendo innegable: es ella la que da forma a nuestra visión de la vida, nos conecta con el mundo que nos rodea y nos ayuda a encontrar sentido incluso en las situaciones más difíciles.¿Cuál es la diferencia entre abandonar conscientemente la razón y volverse realmente loco, y por qué puede parecer absurdo?Por un lado, el rechazo consciente de la razón es una decisión voluntaria de no utilizar los instrumentos racionales del pensamiento. Es como una elección cuando una persona renuncia a lo que es universal e inalienable: la mente, que, como se ha señalado, no tiene amos y está presente en todas partes. Como dice uno de los textos: "Has renunciado a la razón, lo has perdido todo. Después de todo, los amigos, la gloria, la patria y la riqueza son todos transitorios; Alguien, la "casualidad" nos lo ha dado sin pedirlo, y siempre nos lo puede quitar sin pedirlo. Nadie nos dio la razón. No es ni mío ni tuyo, no es ni amigo ni enemigo, pariente o extraño, ni aquí ni allá, ni antes ni después. Está en todas partes, está siempre, está con todos y por encima de todo. Solo necesitas amarlo, esta mente eterna, siempre igual e incontrolable..." (fuente: 1278_6389.txt). Se enfatiza aquí que la razón tiene un poder universal, y rechazarlo conscientemente significa perder una cualidad vital valiosa, que en sí misma parece irracional e incluso absurda.Por otro lado, volverse loco significa una pérdida involuntaria de la capacidad de percibir y analizar la realidad, es decir, una enfermedad en la que el pensamiento racional pierde su funcionalidad. Tal estado no es una elección, sino más bien un escape patológico de la responsabilidad, cuando una persona, de hecho, se encuentra en cautiverio de sus propias fuerzas internas. Se dice lo siguiente: "En el idioma ruso, hay una palabra para el nombre de tales enfermedades que es indicativa del contexto de este artículo: s-mind-descendiente o mind-ishenie (mente-ishenie). ... Los psicópatas se caracterizan por una sugestionabilidad especial en la esfera emocional (sin palabras). Esto sugiere que su enfermedad fue en realidad un escape inconsciente de la responsabilidad: entregaron sus mentes a los demonios..." (fuente: 1418_7089.txt). Aquí distinguimos entre un estado inconsciente y doloroso, que se caracteriza por una pérdida de control sobre la mente, y un rechazo consciente, cuando la decisión de aceptar una determinada forma de pensar (o rechazarla) es una elección, incluso si tal elección parece contradictoria y absurda.Lo absurdo de tal rechazo consciente reside precisamente en el hecho de que el hombre decide conscientemente renunciar a lo que es universal e inalienable: la mente que permite percibir el mundo y encontrarle sentido. El rechazo de la razón se vuelve paradójico, porque la razón no puede perderse desde el exterior: su pérdida es el resultado de una elección interna o de un estado mórbido, mientras que la razón misma sigue siendo la base inquebrantable de la existencia.Cita(s) de apoyo:"Has renunciado a la razón, lo has perdido todo. Después de todo, los amigos, la gloria, la patria y la riqueza son todos transitorios; Alguien, la "casualidad" nos lo ha dado sin pedirlo, y siempre nos lo puede quitar sin pedirlo. Nadie nos dio la razón. No es ni mío ni tuyo, no es ni amigo ni enemigo, pariente o extraño, ni aquí ni allá, ni antes ni después. Está en todas partes, está siempre, está con todos y por encima de todo. Solo necesitas amarlo, esta mente eterna, siempre igual e incontrolable..." (fuente: 1278_6389.txt)"En el idioma ruso, para el nombre de tales enfermedades, hay una palabra indicativa del contexto de este artículo: s-mind-descending o mind-ishenie. Como ustedes saben, algunos de los enfermos mentales de repente entran en razón justo antes de morir. También se ha observado que los psicópatas se caracterizan por una sugestionabilidad especial en la esfera emocional (sin palabras). Esto sugiere que su enfermedad fue en realidad una huida inconsciente de la responsabilidad: entregaron sus mentes a demonios que no podían robárselas sin el consentimiento interno del hombre. (fuente: 1418_7089.txt)