Orden natural y espiritualidad: una nueva mirada a las relaciones entre personas del mismo sexo

La discusión moderna sobre la esencia del amor y las relaciones continúa causando acalorados debates. Algunas ideas argumentan que incluso la falta de intimidad física en las relaciones entre personas del mismo sexo no las salva de desviarse de las actitudes naturales establecidas por la naturaleza. Los partidarios de este punto de vista creen que tales relaciones no son solo una elección de una forma diferente de amor, sino una forma de transición espiritual y moral, que puede considerarse como una violación del orden original y prescrito de las relaciones entre un hombre y una mujer.

En el corazón de este argumento está la creencia de que el amor verdadero debe expresarse a través de relaciones naturales, bidireccionales y viables que puedan generar una vida posterior y mantener un equilibrio natural. Argumentan que las uniones entre personas del mismo sexo, incluso si no reclaman intimidad física, solo imitan un vínculo profundo, desprovisto de la energía vital y la fuerza que da la procreación y el restablecimiento de la armonía natural. Por lo tanto, tal relación se interpreta como un alejamiento de la totalidad del alma y la pérdida del verdadero significado del amor, que por su naturaleza debería estar inextricablemente vinculado con el complemento físico y espiritual.

En resumen, podemos decir que la visión presentada busca enfatizar la importancia del orden natural en materia de amor y relaciones. No importa cuán profunda y sincera pueda parecer cualquier conexión humana, ciertas creencias tradicionales sugieren que la desviación del orden establecido implica no solo una pérdida de integridad natural, sino también un debilitamiento potencial de los cimientos espirituales en los que se basa una vida humana plena.
¿Cuáles son los argumentos para la opinión de que las relaciones entre personas del mismo sexo sin sexo pueden considerarse haram?
Algunas opiniones de que las relaciones entre personas del mismo sexo, incluso si no van acompañadas de relaciones sexuales físicas, pueden considerarse haram, se basan en la idea de que tal relación representa una desviación del orden natural originalmente prescrito de la relación entre un hombre y una mujer. De acuerdo con estos argumentos, incluso si no hay comunicación física, este tipo de relación tiene el carácter de sodomía espiritual o "semi-homosexualidad", que significa la transición de un matrimonio natural y completo a una forma peculiar y distorsionada de conexión. Tal relación se considera un amor falso, desprovisto de vitalidad bifrontal, ya que imita la exaltación del amor, pero sin la participación de la fuerza vital que contribuye a la continuación de la especie. Es una imitación de la naturaleza, que, de hecho, pierde su propósito y función.

Cita(s) de apoyo:
"Todas las historias narradas se relacionan con el momento de esta transición, son el comienzo de esta transición. Forman la semi-homosexualidad o semi-sodomía masculina/virginidad y la semi-homosexualidad virgo/masculinidad, también llamada, en ausencia de relaciones físicas, sodomía espiritual u homosexualidad espiritual. Aunque, debo confesar, estos dos términos me son repugnantes e inexactos, y los uso sólo para designar los fenómenos de los que hablo. (fuente: 290_1448.txt)

"El vínculo de amor de la naturaleza es único y unificado, inseparablemente vivo y dador de vida. Es por eso que la homosexualidad está separada del amor por la cesárea de la perversión: funcionalmente está separada de la doble cara de lo vital y de lo vivificante. Imita la exaltación vital del amor mediante el uso de la fuerza natural dadora de vida para fines distintos a los previstos. Como comer sin la acción de la digestión. Dirigiendo el flujo de la vida en la dirección equivocada, violencia contra lo natural y lo real por parte de la sensación vacía y falsa". (fuente: 1257_6281.txt)

Por lo tanto, el argumento se reduce al hecho de que cualquier forma de relaciones entre personas del mismo sexo, incluso sin contacto físico, se asocia con un estado de transición que arranca a una persona del orden natural prescrito y conduce a la decadencia espiritual y moral, equiparando condicionalmente tal comportamiento con la sodomía.

Orden natural y espiritualidad: una nueva mirada a las relaciones entre personas del mismo sexo