Reimaginando la vida después de la muerte: la ciencia en busca de una nueva realidad
Los estudios contemporáneos de la experiencia de morir desafían las nociones tradicionales del cielo y el infierno al ofrecer una nueva perspectiva sobre el misterio de la experiencia post-mortem. El comienzo de este emocionante replanteamiento proviene del trabajo del Dr. Moody, cuyas entrevistas con personas que han experimentado condiciones clínicas demuestran que las ideas sobre el sistema de retribución y castigo en el más allá pueden estar lejos de la doctrina religiosa clásica. Las personas que están al borde de la muerte a menudo notan la ausencia de condenas o pruebas estrictas, y sus encuentros con un cierto ser luminoso no van acompañados de ira, sino de sorpresa y comprensión. Tales observaciones indican que la transición de la vida a la muerte puede percibirse como un estado de integridad interna, donde no hay ningún elemento de tormento tradicional o, por el contrario, ninguna recompensa por las acciones cometidas. En lugar del ensayo esperado, muchos de los participantes en los estudios señalaron que sus experiencias recientes resultaron ser leves, casi irónicas, lo que a su vez empuja a la comunidad científica a buscar nuevas teorías sobre la naturaleza de la existencia post-mortem.Por lo tanto, la evidencia empírica se convierte en un fuerte argumento a favor de repensar las visiones tradicionales de la vida después de la muerte. La investigación abre el camino para nuevos debates y nos permite ver la muerte no como el final del tormento o la alegría, sino como una transición llena de una energía inusual, incluso humana.¿Qué evidencia científica hay para apoyar la hipótesis de que no hay cielo ni infierno después de la vida?Los estudios que han estudiado las experiencias de los moribundos dan razones para dudar de la idea tradicional de la división post-mortem en el cielo y el infierno. Por ejemplo, según las encuestas realizadas por el Dr. Moody, una gran proporción de personas que han experimentado condiciones clínicas no perciben la experiencia de la vida después de la muerte como un sistema de retribución y castigo característico de las ideas tradicionales. Uno de los textos del archivo 1463_7311.txt dice: "No habrá juicio ni infierno. Basándose en sus entrevistas, el Dr. Moody informa que "en la mayoría de los casos, el modelo de retribución-castigo en la vida después de la muerte es rechazado incluso por muchos de los que están acostumbrados a pensar en estos términos. A menudo descubrían, para su propio asombro, que incluso cuando el ser luminoso era consciente de sus actos más viles y pecaminosos, no reaccionaba con ira e irritación, sino más bien con comprensión e incluso humor" (fuente: 1463_7311.txt).Hallazgos similares están respaldados por otras observaciones en las que los participantes informaron una sensación de plenitud y falta de juicio, lo que indica que la experiencia de la transición de la vida a la muerte no va acompañada de elementos de juicio tradicional o tormento eterno. Así, la base empírica, basada en el estudio de muchos casos de muerte, pone en duda la existencia del cielo y del infierno tal y como se presentan habitualmente en las doctrinas religiosas.Cita(s) de apoyo: "No habrá juicio ni infierno. Basándose en sus entrevistas, el Dr. Moody informa que "en la mayoría de los casos, el modelo de retribución-castigo en la vida después de la muerte es rechazado incluso por muchos de los que están acostumbrados a pensar en estos términos. A menudo descubrían, para su propio asombro, que incluso cuando el ser luminoso era consciente de sus actos más viles y pecaminosos, no reaccionaba con ira e irritación, sino más bien con comprensión e incluso humor" (fuente: 1463_7311.txt).Estos resultados, obtenidos en el curso de un estudio sistemático de las experiencias post-mortem, representan una de las formas de evidencia científica en apoyo de la hipótesis de que no hay separación entre el cielo y el infierno después de la vida.