Horizontes Fragmentados: Reflexiones sobre Filosofía, Religión y Ciencia
Al adentrarnos en el mundo del conocimiento, nos encontramos con que cada sistema, ya sea la filosofía, la religión o la ciencia, está inevitablemente limitado por sus propios marcos metodológicos y presupuestos internos. Desde el inicio de la búsqueda humana de la Verdad, la filosofía intentó abrir horizontes ilimitados del saber; sin embargo, por su naturaleza, se ve obligada a apoyarse en creencias que requieren confianza y la aceptación de determinadas verdades por fe. Incluso las ideas más profundas sobre el bien y la verdad, que se han forjado a lo largo de los siglos, permanecen fuera del alcance de una verificación rigurosa, lo que genera una asombrosa diversidad de puntos de vista: desde una espiritualidad exaltada hasta la practicidad cotidiana.Al pasar a los sistemas religiosos, observamos cómo las revelaciones y la experiencia histórico-eclesiástica eclipsan las posibilidades del análisis racional. La religión opera bajo otras leyes, en estrecho vínculo con la esfera espiritual, y sus dogmas no se someten al escrutinio crítico de la razón. Esto es especialmente evidente en el enfoque ortodoxo, donde cada concepto se percibe como resultado de una revelación sagrada, subrayando nuevamente la inaccesibilidad de tales ideas a una verificación objetiva.Finalmente, incluso el racionalismo estricto, uno de los métodos de conocimiento más modernos, a veces queda atrapado en sus propias limitaciones conceptuales. Al intentar deducir la esencia del ser, la ciencia a menudo se enfrenta a la disyuntiva: o bien reducir el ser a conceptos abstractos, o crear la ilusión de comprensión sin abordar la experiencia real. Esta disonancia entre el pensamiento abstracto y la esencia vital nos impulsa a reconocer que ningún sistema de conocimiento es capaz de abarcar completamente el universo de la verdad.En conclusión, se puede afirmar con seguridad que cada uno de los enfoques tradicionales posee su propia fuerza, pero también sus limitaciones. El camino hacia una comprensión auténtica requiere no solo un análisis profundo, sino también el coraje de salir de los dogmas establecidos, para poder tocar una realidad viva y palpitante.
¿Por qué los sistemas tradicionales de conocimiento —religión, filosofía y ciencia— no son capaces de proporcionar conceptos que resistan el análisis crítico de la razón?Los sistemas tradicionales de conocimiento están limitados en la capacidad de formular conceptos que soporten un análisis crítico de la razón, justamente porque sus fundamentos metodológicos están impregnados de presupuestos internos basados en la fe, la revelación o en los restrictivos marcos del pensamiento deductivo.En primer lugar, la filosofía, como se menciona en la fuente, se basa inicialmente en la aspiración de conocer la Verdad; sin embargo, todas las corrientes filosóficas inevitablemente exigen fe en sus afirmaciones. En uno de los materiales citados se expresa: "LA FILOSOFÍA siempre ha visto el bien en el conocimiento de la Verdad. (...) Por ello, todas las escuelas y corrientes filosóficas nunca han estado por encima de exigir fe en sus afirmaciones, es decir, en su verdad, en su concepción del bien. Al mismo tiempo, la distancia que separa la concepción del bien en un sistema de la misma en otro a menudo resultaba infinitamente grande: desde la apatía hasta los narcóticos, desde lo espiritual hasta lo corporal, desde lo eterno hasta lo inmediato. Y no ha existido ni existe ninguna posibilidad de verificar la veracidad de ninguna de estas concepciones, más aún cuando la propia idea de la verdad, junto con la del bien, después de largas búsquedas y pruebas, ha sido en numerosas ocasiones declarada como una pseudoproblema." (fuente: enlace , página 31).En segundo lugar, el conocimiento religioso se apoya no en el análisis racional, sino en la revelación y en una experiencia histórico-eclesiástica específica. Esto significa que sus conceptos no se someten a un análisis racional crítico, puesto que se sitúan fuera del ámbito de verificación de la razón: "Finalmente, la RELIGIÓN (en este caso se habla del ORTODOXO), que no es ciencia, ya que su objeto de conocimiento es un mundo completamente distinto –el mundo espiritual– ni filosofía, puesto que la esencia de la religión reside en una comprensión espiritual particular, y no en una comprensión racional de Dios. La Ortodoxia, como cualquier religión, en su testimonio sobre el bien, apela directamente a la Revelación (...) lo que enfatiza nuevamente la imposibilidad de que la razón pueda analizar críticamente y verificar los dogmas fundamentales del conocimiento religioso." (fuente: enlace , página 34).En tercer lugar, la ciencia y el racionalismo, a pesar de su rigurosidad en métodos deductivos y de análisis, a menudo no pueden salir de los límites de sus propias concepciones. El intento de derivar del pensamiento la doctrina del ser conduce ya sea a fijar lógicamente el ser o a la ilusión, lo que priva al concepto de una verdadera fundamentación: "Si el objeto está condicionado por el sujeto (la razón, ...) ninguna de las teorías existentes de conocimiento resuelve el problema de la relación entre el pensamiento y el ser. Todas ellas o bien eliminan por completo el ser, o bien lo asumen como algo totalmente disímil." (fuente: enlace , páginas: 295-296).Finalmente, la disonancia entre el pensamiento abstracto y la experiencia esencial conduce a que los conceptos formulados por los sistemas tradicionales permanezcan dentro de ciertas limitaciones y relatividades. Como se señala: "Para un pensamiento abstracto lo esencial es totalmente inaccesible. Solo lo esencial puede tocar lo esencial. El pensamiento abstracto se ocupa únicamente de los límites y de las relaciones entre los conceptos." (fuente: enlace , página 3).Así, cada uno de los sistemas tradicionales —filosofía, religión y ciencia— opera dentro de sus propios límites metodológicos, que o bien los hacen depender de la fe y de la revelación, o bien reducen el ser a una serie de conceptos abstractos, impidiéndoles ofrecer conceptos universales capaces de resistir un estricto análisis crítico de la razón.Citas de apoyo:"LA FILOSOFÍA siempre ha visto el bien en el conocimiento de la Verdad. (Tiene una historia mucho más extensa que la ciencia, y por ello, ya en los momentos de mayor auge y en periodos de crisis, ha evidenciado en varias ocasiones que puede ofrecer algo al ser humano.) Por ello, todas las escuelas y corrientes filosóficas nunca han estado por encima de exigir fe en sus afirmaciones, es decir, en su verdad, en su concepción del bien. Al mismo tiempo, la distancia que separa la concepción del bien en un sistema de la misma en otro a menudo resultaba infinitamente grande: desde la apatía hasta los narcóticos, desde lo espiritual hasta lo corporal, desde lo eterno hasta lo inmediato. Y no ha existido ni existe ninguna posibilidad de verificar la veracidad de ninguna de estas concepciones, más aún cuando la propia idea de la verdad, junto con la del bien, después de largas búsquedas y pruebas, ha sido en numerosas ocasiones declarada como una pseudoproblema." (fuente: enlace , página: 31)"Finalmente, la RELIGIÓN (en este caso se habla del ORTODOXO), que no es ciencia, ya que su objeto de conocimiento es un mundo completamente distinto –el mundo espiritual– ni filosofía, puesto que la esencia de la religión reside en una comprensión espiritual particular, y no en una comprensión racional de Dios. La Ortodoxia, como cualquier religión, en su testimonio sobre el bien, apela directamente a la Revelación (la cuestión de su veracidad es aparte) y a la experiencia histórico-eclesiástica (conciliar) del conocimiento de Dios." (fuente: enlace , página: 34)"Si el objeto está condicionado por el sujeto (la razón), si en él la razón conoce su propia naturaleza, entonces, claramente, no hay nada incondicional en él, no existe un ser en sí, verdaderamente existente. El racionalismo o intenta deducir del pensamiento, de los conceptos, la doctrina del ser, llegando inadmisiblemente a fijar lógicamente el ser, o elimina completamente el ser hasta llegar a lo ilusorio, o asume como ser algo que resulta ser completamente distinto. Así, ninguna de las teorías existentes del conocimiento resuelve el problema de la relación entre el pensamiento y el ser. Todas ellas o bien eliminan por completo el ser, o bien asumen como tal algo que no se asemeja en absoluto. ¿Qué hacer entonces? Es preciso salir de la asfixiante celda del racionalismo y respirar el fresco aire, el vasto espacio del ser vivo." (fuente: enlace , páginas: 295-296)"Para un pensamiento abstracto lo esencial es totalmente inaccesible. Solo lo esencial puede tocar lo esencial. El pensamiento abstracto se ocupa únicamente de los límites y de las relaciones entre los conceptos." (fuente: enlace , página: 3)