Defendiendo la verdad: los mecanismos psicológicos de la inflexibilidad
Nuestra psique es capaz de formar creencias que se convierten en una especie de barreras protectoras que filtran toda la información entrante. Al entrar en el mundo, muchas personas ya tienen juicios preformados, a través del prisma de los cuales perciben todo lo que les rodea. Es por eso que solo notan detalles que respaldan sus opiniones y rechazan cualquier información que pueda poner en duda sus puntos de vista. La idea básica es que para algunas personas, la persuasión se convierte en un mecanismo de autodefensa. Cuando alguien trata de señalar posibles errores o inconsistencias, tales consejos no se perciben como una crítica útil, sino como una amenaza a su autopercepción. Esto lleva al hecho de que, incluso en presencia de pruebas convincentes, siguen confiando en su rectitud, como un dispositivo técnico que es capaz de producir un solo tipo de resultado, independientemente del material presentado. En conclusión, podemos decir que tal comportamiento no solo demuestra terquedad, sino que también indica un profundo proceso psicológico de mantenimiento del equilibrio interno. La incapacidad de aceptar una visión alternativa del mundo les permite sentirse seguros de su verdad, incluso cuando la evidencia dice lo contrario. Tal fenómeno se asemeja a un juego bien conocido, donde, a pesar de los cambios en las condiciones externas, el resultado permanece inalterado, reflejando la verdadera naturaleza de una persona con actitudes fijas.¿Por qué algunas personas se mantienen firmes en sus creencias, incluso cuando están claramente equivocadas?Algunas personas se mantienen firmes en sus creencias debido a actitudes psicológicas profundamente arraigadas, en las que la mente se vuelve capaz de percibir el mundo sólo a través del prisma de sus juicios preconcebidos. Esto significa que se centran únicamente en aquellos puntos y características que apoyan su punto de vista, ignorando o rechazando cualquier información que pueda poner en duda su corrección. Además, en su percepción, incluso los intentos de señalar un error no se perciben como una crítica correcta, sino como una amenaza a su autopercepción, lo que conduce a una completa incapacidad para admitir que están equivocados.Tal comportamiento está bien ilustrado por la siguiente declaración: "Ve lo malo incluso donde no lo hay, y no ve lo bueno donde es obvio y obvio para todos. El anciano Paisios de Athos compara este estado con una máquina que vierte balas. Independientemente del material que carguemos en esta máquina, solo vierte balas, ya sean de oro, hierro, plástico, arcilla o chocolate. No sabe producir nada más. Lo mismo es cierto para una persona con un pensamiento corrupto: en cualquier situación, en cualquier persona, en cualquier información recibida, ve y encuentra solo lo que puede ser condenado, por lo que se le puede culpar. No ve nada por lo que pueda alabar y aprobar. Y si tratas de señalarle esto, trata de corregirlo, entonces él se niega a admitir su error, su error y su enfermedad. Cree, está absolutamente seguro y convencido de que tiene razón, de que ve la verdad con claridad y precisión, y de que los demás están equivocados y no la ven. Este extraño engaño recuerda un poco al conocido juego de trampas del dedal". (fuente: 7_31.txt)Por lo tanto, la inflexibilidad en las creencias de estas personas sirve como un mecanismo de defensa que les permite mantener el equilibrio interno y la confianza en su propia justicia, a pesar de la evidencia objetiva de lo contrario. Esto explica por qué, incluso cuando están claramente equivocados, su posición sigue siendo la misma.