Destino y felicidad: una danza de inevitabilidad y elección
En esta fascinante meditación de la poesía, el destino aparece como algo impredecible y multifacético: desempeña simultáneamente el papel de un benefactor y un destructor insidioso. El poeta describe el destino a través de vívidos contrastes: por un lado, es capaz de dar a una persona la felicidad, que parecía ser el fruto del esfuerzo y la determinación, y por otro lado, la condena a pruebas y fracasos interminables, llenos de crueldad y azar. Es aquí donde se traza claramente la contradicción entre el concepto de felicidad, como fruto de una elección consciente y una posición activa en la vida, y el destino, que es una fortuna inevitable que escapa a la lógica y a la conciencia. Al elegir este camino, el autor nos anima a pensar en cuánto depende de nuestras decisiones y cuánto depende de la fuerza misteriosa que controla nuestras vidas. En conclusión, podemos decir que el destino aparece no tanto como el resultado del trabajo, sino como una inevitabilidad, que tratamos de comprender y aceptar, deseando que la fortuna siempre esté de nuestro lado.¿Qué significa el concepto de "Destino" en el poema y por qué parece incompatible con el concepto de felicidad?En el poema, el destino se presenta como algo impredecible y dual, una fuente de felicidad y sufrimiento, independientemente de los esfuerzos de la persona misma. El destino se describe aquí a través de muchos contrastes: por un lado, es capaz de conceder buena suerte a una persona ("Tuve suerte... Me han dado la felicidad..."), y por otro lado, los condena al fracaso ("Les tocó un lote malo", "un desafortunado", "los fracasos lo persiguieron toda su vida"). Así, el destino no aparece como el resultado de un trabajo consciente o de una fuerza interior, sino como una fortuna desconocida, cuya verdadera esencia permanece más allá de la comprensión humana.La incompatibilidad del destino con el concepto de felicidad surge precisamente de esta distinción: la felicidad en la visión poética es un logro, el resultado del esfuerzo y de la vida activa, mientras que el destino se percibe como algo impuesto desde el exterior, arbitrario y a menudo cruel. Es decir, la felicidad se asocia con la elección consciente y las acciones con propósito, y el destino se asocia con éxitos o fracasos predeterminados, de los cuales una persona a menudo es impotente.Cita(s) de apoyo:"Puede ser feliz, o puede ser lo peor, lo malo, lo malvado: "Tienen un lote malo" (en Lérmontov), "una persona desafortunada", "una desgracia desafortunada", "mi destino malvado", "los fracasos lo persiguieron toda su vida". Las personas más activas que lo han conseguido todo con su trabajo todavía dicen: "Soy afortunada... Se me ha dado la felicidad..." La felicidad es la fortuna, un destino del que no sabemos nada, y si no existe, entonces dicen: "Ese es mi destino", "Al parecer, está escrito en mi familia". Y cuando decimos: "Que los niños sean felices", parece que les deseamos un feliz viaje por la vida: que el destino sea misericordioso con ellos, que no les pase nada malo, que tengan suerte en todo, que tengan suerte". (fuente: 1348_6738.txt, página: 22)