Nuevo Horizonte de la Creación

Imagina ese instante en el que, tras una lucha dolorosa, llega la alegría de la renovación: así se describe la posibilidad de forjar un nuevo cosmos a través del prisma del plan divino. De la misma manera en que el parto trae dolor que cede ante el luminoso momento del nacimiento, el proceso creativo del Creador también tiene el poder de dar origen a un nuevo universo, en el que las penas del pasado se desvanecerán para ser sustituidas por la dicha y la armonía.

En el centro de estas reflexiones se encuentra la idea de que, si el mundo ya creado es fruto del magistral arte divino, entonces el potencial para la creación del siguiente mundo surge como una continuación natural del plan creativo. Este pensamiento sabio plantea la cuestión:

¿puede la perfecta sabiduría necesitar consejo o guía, si ya ha manifestado su grandeza al crear el mundo actual?
De esta forma se dibuja el panorama de la multiplicidad de mundos – como si dos creaciones, tejido por el Padre, y dos, elaborados por el Hijo, demostraran la infinita posibilidad de renovación y perfección.

Finalmente, el anhelo de renovación se percibe como la victoria definitiva sobre el caos, cuando las fuerzas destructivas ceden lugar a un nuevo orden, iluminado por la gracia divina. Para la humanidad, esto no es simplemente un concepto teológico, sino un inspirador recordatorio de que cada final puede ser el punto de partida de grandes cambios, marcando el camino hacia una luz y un orden eternos.
¿Es posible que Dios cree otro mundo, y qué podría significar esto para la humanidad?
A partir de los materiales citados, la posibilidad de la creación de otro mundo se considera estrechamente vinculada al plan divino de renovación de la creación. Según uno de los textos, el nacimiento de un nuevo universo se compara con el proceso de dar a luz, en el que, tras los padecimientos dolorosos, llega la alegría y la renovación:
"Como una esposa en dolores da a luz a un niño, pero luego, cuando el niño nace, olvida su aflicción y enfermedad, así será también el nacimiento de un nuevo universo y un nuevo mundo." (fuente: enlace txt)

Otro texto plantea la cuestión de si la Deidad, poseyendo la sabiduría perfecta, podría necesitar algo ajeno o consejo, si ya creó anteriormente el mundo actual. Se supone, entonces, que si Dios creó un mundo, Él puede concebir y crear otro, futuro mundo:
"¿Es posible que la Sabiduría suprema tenga necesidad de un Maestro, o haga lo que ha sido enseñada? ¿Cómo crea o creó el Padre? ¿Acaso Él creó otro mundo antes del actual, y creará uno futuro, y el Hijo, al observarlos, como creó el presente, también creará uno futuro? Así, según este razonamiento, existen cuatro mundos: dos, la creación del Padre, y dos, la creación del Hijo." (fuente: enlace txt)

Asimismo, en otra reflexión se vislumbra la idea de que, a pesar de la continua acción de fuerzas destructivas en el mundo actual y caído, en una perspectiva escatológica las relaciones entre estas fuerzas cambiarán, estableciéndose un nuevo esquema en el que la renovación de la creación constituirá la señal definitiva de la victoria del Creador sobre el caos.

Así, la posibilidad de crear otro mundo se presenta como completamente coherente con el tema de la renovación divina. Para la humanidad, esto podría significar una transición desde el estado actual, lleno de las consecuencias del pecado y la destrucción, hacia una nueva condición: un universo renovado, en el que prevalecen el orden, la luz y la gracia divina.

Nuevo Horizonte de la Creación

¿puede la perfecta sabiduría necesitar consejo o guía, si ya ha manifestado su grandeza al crear el mundo actual?