Entre el Amor Verdadero y el Cálculo

Las personas a menudo confunden el amor sincero con el cálculo, ya que el amor verdadero se manifiesta en condiciones de prueba, sacrificio y profundo involucramiento personal, mientras que el cálculo frecuentemente se disfraza con signos externos de apego que no incluyen la verdadera disposición a sufrir dolor y aflicción por el otro. La raíz de esta confusión radica en que los impulsos amorosos humanos a veces se ven influidos por motivos egoístas y la evaluación de beneficios personales, lo que posteriormente se mezcla con sentimientos genuinos.

Por ejemplo, en una de las fuentes se enfatiza que el amor verdadero se pone a prueba durante el sufrimiento y el sacrificio, cuando la persona no huye de la cruz ni teme al dolor. Como se señala:
"San Pedro también se consideraba que amaba verdaderamente al Señor y decía: ‘Contigo estoy dispuesto a ir tanto a la cárcel como a la muerte.’ Pero cuando llegó el tiempo de la cruz, el tiempo del sufrimiento y del martirio, se echó atrás de inmediato, ‘renunciando con juramento a que conociera a este Hombre.’ Cuando se le preguntó junto al fuego: ‘

¿No eres tú también de sus discípulos?
’ — dijo: ¡no, no, no, yo no lo conozco! Tan se asustó que pensó que lo llevarían, que lo golpearían y que lo torturarían." (fuente: enlace txt)
Este ejemplo ilustra que el amor verdadero se manifiesta únicamente en situaciones de prueba, mientras que las personas que optan por el cálculo y el camino fácil pueden equivocadamente interpretar tal comportamiento como amor.

Además, se aborda otro aspecto del problema: que los impulsos amorosos a menudo están teñidos de intereses personales. Por ejemplo, se dice que:
"El señor M. pecó contra la confianza, contra la gratitud y contra la humanidad común. Así pues, nuestros impulsos amorosos se encuentran en una situación especial. Justifican todo aquello que, en otras circunstancias, se habría calificado de despiadado, deshonesto e injusto. No creo que esto sea correcto, pero existe una razón, y es la siguiente." (fuente: enlace txt)
Este pasaje enfatiza que, en la vida cotidiana, los instintos amorosos pueden ser potenciados por metas personales y expectativas, borrando así la línea divisoria entre el amor genuino y el cálculo.

También es relevante el ejemplo de un matrimonio arreglado por conveniencia, que demuestra que a veces se confunden los beneficios y las ganancias externas con el amor, aunque al analizarlo detenidamente, los componentes emocionales y espirituales quedan relegados a un segundo plano. (fuente: enlace txt)

Así, la incapacidad para distinguir el amor sincero del cálculo surge del hecho de que el amor auténtico requiere una entrega total y la disposición a compartir incluso los momentos más difíciles de la vida, mientras que el cálculo representa más bien una medida de beneficio personal o conveniencia. La mezcla de estas manifestaciones y las tendencias inherentes de la naturaleza humana a buscar relaciones ventajosas crean una situación en la que la sinceridad de los sentimientos puede ponerse fácilmente en entredicho.

Citas de apoyo:
"San Pedro también se consideraba que amaba verdaderamente al Señor y decía: ‘Contigo estoy dispuesto a ir tanto a la cárcel como a la muerte.’ Pero cuando llegó el tiempo de la cruz, el tiempo del sufrimiento y del martirio, se echó atrás de inmediato, ‘renunciando con juramento a que conociera a este Hombre.’ Cuando se le preguntó junto al fuego: ‘
¿No eres tú también de sus discípulos?
’ — dijo: ¡no, no, no, yo no lo conozco! Tan se asustó que pensó que lo llevarían, que lo golpearían y que lo torturarían." (fuente: enlace txt)

"El señor M. pecó contra la confianza, contra la gratitud y contra la humanidad común. Así pues, nuestros impulsos amorosos se encuentran en una situación especial. Justifican todo aquello que, en otras circunstancias, se habría calificado de despiadado, deshonesto e injusto. No creo que esto sea correcto, pero existe una razón, y es la siguiente." (fuente: enlace txt)

"Conocí un matrimonio arreglado por conveniencia, pero que terminó muy mal. Se trataba de la hermosa Nana, quien tenía una hija —con síndrome de Down— y se casó con un millonario georgiano. Él era mayor, obeso y tenía una gran verruga en la cara, pero lo principal era que era un patán y un plebeyo. Sin embargo, Nana se mudó a un lujoso apartamento en el mejor barrio de Tiflis, obtuvo la posibilidad de no trabajar para ganarse la vida y se quedó en casa con su hija enferma, llevándola a ser tratada por los mejores médicos. Así se sacrificó, porque amaba profundamente a esa niña enferma." (fuente: enlace txt)

Entre el Amor Verdadero y el Cálculo

¿No eres tú también de sus discípulos?